El montañismo en los alumnos del Técnico
Cuando escuchaba el relato de los alumnos del Técnico, en la reunión del miércoles 3, en la Asociación, sobre su salida a la Ciudacita, salté en el tiempo cincuenta años. Nosotros también éramos seis adolescentes que tuvimos la osadía de ir al Tipillas con una carpa hecha con un pasacalle del Club All Boys. En esa salida pasamos la noche en el refugio del Técnico. Es muy posible que no dimensionáramos lo que estábamos haciendo.
Veníamos de una escuela, de una formación, tan elemental, que dar ese paso era como si fuéramos a una gran Negrito. La adversidad no fue para nada un problema. Se logró la cumbre, se logró ir a la Ciudacita. Para nosotros que en un principio no teníamos carpas y nos cubríamos con un plástico era, lo más natural. Después nos enteramos que eso era vivaquear. Nuestras mochilas pesaban tanto como la carga, eran de caño de luz y lona de camión. Una locura.
En nuestra época los clubes de montaña, tenían dos canteras el Gymnasium (la Asociación Tucumana de Andinismo ATA) y el Técnico (el Club Andino Tucumán CAT) nosotros el Grupo de Montaña Tipillas (GMT), éramos Independientes veníamos del Gymnasium, Colegio Nacional, Escuela Técnica.
Entre ellos, los del Técnico, y nosotros del grupo había una diferencia, veníamos de cuatro años de salidas con dos maestros, anduvimos muchas veces por el Taficillo, Cabra Horco, Pabellón, Negrito, y otras travesías. En ese entonces aprovechábamos todos los feriados para salir de excursión.
La diferencia generacional.
Cómo están planteadas las salidas en la AAM lo que se hace es más que una introducción al montañismo. Se debe nivelar en poco tiempo una actividad compleja. La Asociación establece un plan de trabajo que no podría ser implementado en un colegio secundario, está proyectado con una vara más bien alta.
Un adulto de cuarenta años que comienza esta actividad debe enfrentarse a situaciones nuevas, debe aprender a dormir en el suelo, con lo que le significa hacerlo en esas condiciones y en una carpa. El caminar muchas horas, a pasar frío, a mojarse, a compartir espacios con gente que no conoce. Por eso la gente, que comienza esta actividad, se asusta, ante aquellas cosas que normalmente no le pasa en la ciudad. En la medida que el caminar en montaña sea algo constante la mente se va acomodando a esos avatares. Se va haciendo cuerpo, una manera de ver la vida, sobretodo en la montaña. No es fácil estar allí si no se está preparado.
Esta introducción al montañismo ya la tienen incorporada los alumnos del Técnico a través de sus salidas.
La importancia que en los colegios se implemente el montañismo.
El panorama es distinto cuando estos chicos son compañeros de curso o también de escuela. El vínculo generacional es muy importante. Se conocen, son del mismo palo, eso es muy importante. Los que ya han ido al refugio tienen incorporado el ejercicio de la incomodidad de una vida rústica muy elemental. Deben caminar llevando una mochila. El cuerpo y la mente de estos chicos se van adaptando poco a poco a estas situaciones. Para ellos ya no es un problema el estar en esas situaciones.
Los más chicos imitan mucho lo que hacen los de los cursos superiores. Son para ellos sus referentes, muchas veces son más importantes que un adulto.
Un chico de catorce o de dieciocho si algún día se dedicaran de pleno en esta actividad necesitarán andar muchas sendas para fortalecer sus espíritus conjuntamente con sus compañeros de montaña.
Muchos chicos en edad escolar son integrantes de un club, ya sea de rugby, futbol, básquet, disciplinas que también pueden realizarlas en el colegio. Sin embargo cuando se habla de montañismo se lo ve como una actividad que tiene que ver más con un camping.
El desconocimiento de esta actividad, con sus múltiples variantes, como el: senderismo, barranquismo, campamentismo, montañismo, y la misma escalada, el no estar en un plan de estudio el alumno pierde la oportunidad de conocerlas.
Por eso es un buen ámbito los colegios, el de realizar este deporte con personas idóneas en esta actividad. No sólo se va formando como montañista sin que también vaya formando grupos que tengan los mismos intereses.
En el caso del Técnico, no existe el docente especializado que lo realice, pero la tradición de llevarlo a los compañeros a su refugio, es un paso enorme para profundizar esta actividad.
Rubén ha sido el disparador que puso a Facundo en dar un paso muy importante: salir del Refugio. Ampliar el horizonte.
El semillero para la Asociación debe venir a través de los adolescentes.
Es importante que estos chicos puedan transmitir a sus demás compañeros de los cursos inferiores esta actividad.
En el adolescente, el punto de quiebre de toda actividad deportiva termina cuando ingresa a la Universidad. Solamente quedan en actividad aquellos que integran un club. En el caso del montañismo los clubes de montaña serían los que debieran sumarlos a sus filas.
Un adolescente puede pasarla mal, se puede equivocar pero tiene tiempo de recomponerse, un adulto es más complicado, una mala experiencia puede ser determinante y abandonar la actividad.
De cuando se comienza en esta actividad se van estableciendo en los que la cultivan diferencias muy importantes en la idea de montañismo.
El CIM Es una forma de dar un pantallazo de lo que es la montaña. Para los adultos este esquema de trabajo es una buena herramienta. No hay tanto tiempo para llenarse de montaña. Mucho tendrá que ver cómo adapto mi vida de ciudad a ésta completamente distinta y tan llena de imprevistos.
Realizar un programa progresivo de salidas.
Para que haya una escuela de montañismo debería haber instructores que se dediquen a eso. En este caso está Rubén, que ha sido el disparador de todo esto. Para los alumnos del Técnico establecer una serie de salidas con dificultades de menor a mayor, de alguna manera están haciendo un CIM.
Es importante lo que transmiten los que ya han andado por muchas sendas. El cómo reaccionan ante determinadas situaciones es lo más importante es el mejor ejemplo que se le puede dar al adolescente. En todo momento estamos siendo observados, en lo que hacemos, y en lo que no hacemos por aquellos que recién comienzan.
Creo que los chicos que están realizando sus primeros pinitos en esto ellos pueden realizar pequeñas salidas con los cursos inferiores.
La importancia de un refugio en plena montaña es una puerta hacia otros horizontes.
Aprovechar el refugio del Técnico para realizar incursiones, a Don Diego, al Saladillo o si hay tiempo a la Cascada.
El salir del refugio e incursionar por sus alrededores estimula en el alumno una atención hacia lo desconocido.
El no visualizar el refugio y observar un paisaje diferente, despierto a los sentidos, se presta más atención por donde se va.
Pero también planificar salidas en Tucumán se puede ir al Taficillo al Cabra Horco, etc. Salidas no sea muy onerosas para el alumno.
Creo que lo más importante de esto es crear una conciencia de montañismo. Que a los chicos les entusiasme esta actividad.
Tienen que vivir la Naturaleza, llenarse de ella para que después puedan hacer otras cosas más ambiciosas o no.
La escalada es distinta, si se la toma solamente como una actividad urbana, en donde haya una palestra pueden iniciarse en este deporte. No necesitan trasladarse.
RAÚL GONZÁLEZ AGUIRRE
Octubre 2018