Refugio del Bayo a 4.300 metros de altura

REFUGIO DEL BAYO A 4.300 METROS DE ALTURA

 

 

                Hoy es un día para el recuerdo, para los que amamos las montañas. Hemos logrado techar y completar el cierre de las aberturas, a el Refugio del Bayo, a 4.300 metros de altura en nuestras Cumbres Calchaquíes. SE NOS HA CUMPLIDO OTRO SUEÑO, A LOS QUE SOMOS DE LA AAM

                  Cuando Hugo Salas, Biólogo, a principios del 2017, se acercó a la Asociación Argentina de Montaña (AAM), para comentarnos su proyecto de recuperar lo que fue un Laboratorio de Alta Montaña, en los años 80, en las Cumbres Calchaquíes, dentro de lo que es el “Parque Provincial Cumbres Calchaquíes” para reconvertirlo en un Refugio para montañistas, nuestro Presidente tomó la idea y la expuso a la consideración de los socios.

                 El desafío era complicado, los recursos de los que disponía Hugo Salas, no eran muy generosos, provenían de fondos de la ley nacional Nº 26331, conocida como Ley Bonasso, o de Bosques Nativos, para su proyecto, que había sido aprobado.

                Conocía nuestra Asociación, por mentas, sabía de nuestro trabajo serio, le habían comentado lo que habíamos estado trabajando para hacer que la Escuela de La Ciénaga se reconvierta en un Refugio de Montaña, tratando de que los pobladores no se vayan del lugar.

                Si hay algo que a la Asociación la va distinguiendo, es esa impronta de sentir que los desafíos nos fortalecen, pero siempre a partir de un trabajo responsable, serio y constante. Lo que más queremos es SOÑAR, soñar que los sueños son posibles, que Tucumán se merece tener un Gran Club de Montaña, soñar que podemos trabajar en equipo, soñar que podemos llegar a la cumbre más baja y también a la más alta, soñar que podemos dejar un ejemplo a seguir, tratando de recuperar la historia de los clubes de montaña, del ATA, del CAT y del Grupo Tipillas.

              Lo primero que hicimos fue armar un grupo de trabajo, para poder encarar este proyecto, para eso realizamos reuniones previas, para definir nuestro rol y las etapas a cumplir.

              Los primeros días de mayo de 2017, fuimos a hacer un relevamiento en el terreno, sacar fotos, tomar las medidas y tener una idea de los trabajos a realizar, y lo más importante con quien realizarlos.

              Hay que tener en cuenta que hacer unos trabajos en la montaña, a 4.300 metros de altura, requiere pensar muy bien las cosas. Es necesario tener una logística de baqueanos y animales, para trasladar las cosas al lugar y ser idóneos en la materia. Hay que aclarar que en este sitio no hay agua, es decir no hay cerca ninguna vega proveedora de agua. El agua está a unos 2 kilómetros, la arena está un poco más cerca. Las personas que vayan allí, tenían que estar en condiciones de soportar la altura y el esfuerzo que significa trabajar en esas condiciones.

             Se hicieron las primeras consultas, que proponían precios inalcanzables para el presupuesto con el que se contaba. Después de varios meses y diferentes idas y vueltas, se pudo dar con alguien con quien se arregló, la realización de la primera etapa de la reparación.

             Como la realización de estos trabajos no fueron de nuestro agrado, ya que no cumplía con la calidad de lo que pretendíamos y por los que se había pagado, se tuvo que deshacer esta relación y paralizar las obras.

             Otra vez la incertidumbre y de vuelta a empezar, lo que habíamos programado terminar en el 2017, no se pudo concretar.

                 Final de año, período de vacaciones y de vuelta a empezar en el 2018. En ese período ir al Refugio y verlo sin avanzar creaba una sensación de desilusión, y volvíamos a la ciudad y nos juramentábamos que lo íbamos a terminar contra viento y marea.

                  En ese interín se hicieron varios intentos con otras personas del valle de Tafí, para hacer los trabajos, algunos se propusieron ir con nosotros, pero se volvían a mitad de camino y otros directamente nos pasaban valores imposibles de pagar. El tiempo transcurría y la Argentina se complicaba económicamente. Lo único que pudimos hacer, fue llevar uno de los vidrios dobles, para una de las ventanas. Llevar este vidrio, fue toda una proeza de los compañeros que lo llevaron, llegó intacto y lo pudimos poner.

                  En el mes de septiembre, se pudo concretar con otras personas para llevar las chapas, una canaleta, la cumbrera, la puerta, el cemento y el marco que faltaba, y a la vez, cuando llevaran estas cosas, realizaran el techado y todos los otros trabajos pendientes.

                  Esta semana, acompañados por uno de nosotros, se subió con todas las cosas. Difícil tarea, que con algunos inconvenientes, y manejando las cosas con mucha serenidad se pudo llegar arriba en dos etapas.

                   Los trabajos se realizaron y hoy podemos decir, con mucho orgullo, que nuestro Club, la AAM, ha sido un factor fundamental para crear este Refugio, para todos los monañistas de buena fe que quieran habitarlo, de científicos, de los futuros Guardaparques del propio Parque, de los grupos de rescate, y por supuesto también está para las autoridades de la provincia, para sus prácticas y rescates que se necesiten.

                   Vamos a seguir trabajando en él, para mejorarlo aún más, ya estamos haciendo las gestiones para que cuente con paneles solares, para que tenga luz y otras disposiciones, que tenga la posibilidad de tener depósito con agua potable, para la emergencia, colocaremos un colector de agua de lluvia para este propósito, y varias ideas más que tenemos en mente, junto con Hugo Salas

ORIGEN

 

PRIMERA ETAPA

 

TRASLADO DEL VIDRIO DOBLE PARA UNA VENTANA Y VISITA AL REFUGIO
TRASLADO Y ARRIBO DE LOS MATERIALES

 

TECHADO