“Pabellón: cerro para humildes perseverantes”
A las 6:10 Am sonaba la alarma del celular, el gran día llegó… por segunda vez intentaríamos llegar a la Cruz del Cerro Pabellón , después de un primer intento fallido (8/06/19) a causa de múltiples errores cometidos, estábamos listos nuevamente para el gran desafío, cabe destacar que en ese primer intento aprendimos demasiado y nos conocimos mucho mas en el grupo… descubrimos que la escucha es esencial pero mucho mas valioso es tener el don de la obediencia y la humildad de saber ceder en ciertas situaciones, seguramente en esos momentos nos molestamos ante los reproches, por momentos quedamos en silencio evitando inclusive mirarnos las caras… pero esa situación valió la pena, las reglas existen para ser cumplidas, sin darme cuenta estaba llevando a la practica la formación que tuve en el CIM…
A las 8:50 ya estábamos pasando por detrás del Cristo, esta vez sobre la ruta correcta y 2 horas antes que la primera vez… iniciamos el recorrido con un bello cielo 100 por ciento celeste, un maravilloso sol que desde el inicio nos hizo sentir el calor de sus rayos resplandecientes, en esta oportunidad se sumó una integrante más al grupo, Érika (amiga y compañera del C.I.M), ahora con Nataly, Edgardo y yo éramos 4. Con el entusiasmo a flor de piel realizamos los primeros 500 mts. de ascenso en una hora, descansamos 10 minutos, comimos algo y continuamos, mientras tanto le contábamos a Érika lo afortunada que era, en esta ocasión ya que íbamos por un mejor camino, no hubo descensos ni ascensos innecesarios, la ruta actual no tenia tanta dificultad ni riesgos… al mirar su rostro presentí que no opinaba lo mismo… la observe un poco cansada… en momentos tratamos de ir a su ritmo y luego de mantenerla siempre a la vista… la diferencia era que nosotros ya habíamos tenido un gran entrenamiento, teníamos en la mente llegar o llegar esta vez… pero eso si, nos seguía sorprendiendo la belleza del paisaje, los colores únicos del cielo, los diferentes verdes, marrones y amarillos en perfecta armonía , la suave brisa acariciando nuestros rostros, el aroma de las hiervas del lugar, respirábamos profundamente para inundar nuestros pulmones de ese aire tan puro, en mi caso me sentía plenamente libre… feliz… me sentía un miniatura en tanta inmensidad, sentía que la vida es bella y simple, que solo se necesita respirar para ser feliz…
A las 11:40 aproximadamente estábamos en el lugar que almorzamos la primera vez, allí nos detuvimos 10 minutos para comer alguna fruta o cereal, habíamos decidido almorzar a las 13hs. Por nuestra parte estamos muy contentos porque que estábamos muy bien con el tiempo y por menos nos quedaban 2 hs para llegar. Sin embargo, observamos que Érika estaba cansada, su ritmo era más lento… le recomendé que esté tranquila, que pronto llegaríamos, que sus pasos sean cortos y que caminara en zigzag… su dificultad era la respiración, se agitaba demasiado, le pregunte como estaban sus piernas, pero dijo que estaban muy bien, que el problema solo era la respiración… a los 10 minutos en punto retomamos la marcha… a las 12:30 llegamos al punto donde nos tuvimos que volver la primera vez, seguíamos muy contentos porque nos faltaba poco, en teoría 450 mts. en altura y un kilometro y medio mas o menos en distancia… allí nos detuvimos 25 minutos para almorzar, se decidió sobre la marcha almorzar antes porque veníamos muy lentos y cada vez era mas la distancia con Érika, tal vez almorzando recuperaba energía para el ultimo tramo… en el almuerzo nos encargamos de animarla, de hacerla sonreír, pero no recuerdo si lo logramos, estaba un poco enojada y decía que definitivamente no haría el C.I.M.E… nos reíamos y le decíamos que la altura nos hace hablar tonteras, le contamos que la vez pasada Edgardo dijo lo mismo, que llegaría a casa, colgaría de adorno los bastones y que no haría más trekking, que se dedicaría solamente a la ciencia y a la investigación, ya estaba decido… y Nataly le suplicaba que no haga eso, que los trekk no serían lo mismo sin el… en cambio yo lo aplaudía prácticamente, era una muy buena decisión la suya, que si no se siente feliz en la montaña no es lo suyo… que siga con su rutina y no ponga en riesgo al grupo jajajajaja, Érika no lo podía creer y allí creo, sonrió…
Inmediatamente terminamos de almorzar con la frente en alto continuamos hacia la famosa Cruz del Cerro Pabellón. Caminamos y caminamos, subíamos y subíamos y nada… no lográbamos ver esa bendita cruz… allí nuestros ánimos cambiaron… eran las 13:50 hs y cada vez que pensábamos llegar al final de las montañas aparecía otra mas alta… ya teníamos 2 preocupaciones a Érika la notábamos muy cansada y ahora se sumaba el tema de las horas de luz que nos quedaban, desde un principio habíamos decidido caminar hasta las 15 hs, si llegábamos bien y sino la tercera vez seria la vencida… otra vez la sensación de tener que regresar sin cumplir el objetivo… se me fue el buen humor y le cedí el paso a la seriedad, en mi mente ya planeaba el tercer intento, lo primero que se me ocurría era salir más temprano, a las 7 am ya estar caminando…
En ese momento sentimos el ruido de motos… eran, . . . de nuevo los enduristas invadiendo el Parque, venían de la Ciénega, en plan de hacer lo suyo, sin importarles las consecuencias, como ya los habíamos visto en el intento anterior de subir al Pabellón.
Seguimos subiendo, y se nos presentaba una terrible montaña, muy alta y empinada… en mi interior pensé que ya está… que no tendríamos tiempo …eran las 14:20 y a Érika apenas la veíamos… Nos miramos los 3, quedamos en silencio por milésimas de segundos que parecían minutos… estaba por decir regresemos, cuando veo a Edgardo que observaba medio desesperado el GPS, y dijo si!, arriba nuestro está la Cruz!!! ¡Nos quedan 150 mt de altura, caminemos hasta las 15hs, la ilusión volvió a mí, pero que hacemos con Érika, pregunte, a lo que Nataly le pega un tremendo grito ÉRIKAAA arriba esta la cruz!!!! Tenés silbato? Apena se le escucha responder que si, a lo que Nataly le grita otra vez, te podes quedar ahí, igual nos estarás viendo todo el tiempo cualquier cosa hacé sonar el silbato, con desgano responde bueno… ahora si, caminamos a contra reloj, a pesar del cansancio empezamos a trepar , prácticamente la trepamos en vertical… la petisa (Nataly) tomo la punta, es una cabra la desgraciada, es la mas fuerte y veloz del grupo, subíamos y subíamos, el cansancio se mezclaba con el orgullo y sacábamos fuerza para ganarle al tiempo… Nataly empezó a gritar… eran las 14:45 hs, SIII, VAMOS CHICOS ACÁ ESTA LA CRUZ!!!! VAAAMOSS , SIII , SIIII, su emoción nos invadió, lo mire a Edgardo que iba a mi lado, no se si por acompañarme o porque tenia el mismo cansancio que yo, pero en ese momento lo mire a los ojo y le digo: “Muchas gracias amor por acompañarme”, se puso detrás mío , apoyó sus palmas de la mano en mi mochila y me empujó el ultimo tramo…. POR FINNNN, VIMOS LA CRUZ… CUANTA FELICIDAD… eran las 14:50 en mi mente solo agradecía a Dios por tan bella creación… luego de unos minutos de festejo observamos que Érika nunca se detuvo… empezamos a gritarle para alentarla… 15 minutos después, con su cansancio a cuestas LLEGO!!!! Solo se sentó en silencio, le decíamos que grite, que diga algo, que salga de su estructura y que diga una mala palabra si lo deseaba, pero nada, como siempre ella una señorita introvertida… Con orgullo dejé escrita mi primera llegada a la Cruz del Cerro Pabellón y la guardé en el frasco de la Asociación Argentina de Montaña de la que soy miembro.
15:40 emprendimos el regreso (tarde, la verdad no nos queríamos volver), aprovechamos al máximo los últimos rayos de luz del sol, a las 19:30 ya estábamos en la camioneta, emprendiendo el retorno a nuestros hogares… muy cansados pero felices…
P/D: en esta ocasión la que cometió un grave error fui yo, sino lo escribo me atormentarán Edgardo, Nataly y Érika… olvide mi sombrero, hice todo este recorrido sin sombrero ni gorra, tal vez para muchos sea una tontería, pero en la montaña una gorra, anteojos de sol, protector solar, agua, abrigo, son elementos esenciales…
Nadia Diaz