Cumple en el Negrito 13 de julio 2019 Eloisa –Sebastián y Cachín

La idea de salir para realizar entrenamiento de altura en el Negrito, surgió durante la reunión de los miércoles en la AAM. En ese momento Cachin nos alentaba a realizar la salida a partir del viernes para aclimatarnos y realizar el ascenso durante el día sábado.

     Decidimos parar en un camping el cual conocíamos por experiencias previas de subir al Negrito y que nos serviría para aclimatarnos y tener una buena noche de descanso.

     El viernes salimos a las 7 de la tarde desde Lules, Elo, Cachin y Seba con rumbo a los valles; El viaje fue tranquilo, llegando al camping para la cena durante la cual decidimos el horario para ascender y nos pusimos al tanto de los detalles del clima que podríamos llegar a esperar.

     Luego de cenar nos preparamos a descansar mientras conversábamos sobre la éxitos y fracasos, compartir experiencias que tuvimos e historias familiares. Ansiosos por el día que llegaba.

     Partimos el sábado temprano a las 6:30, nos levantamos a desayunar con todo listo y comenzamos a subir al abra del infierno para tomar la senda de las 4×4.

    Nos acompañó un día soleado, donde no hacía calor lo que nos permitió ir a un buen ritmo, en el transcurso del recorrido fuimos apreciando los diferentes paisajes de la montaña.

    Llegando a las vegas el viento comenzó a aumentar, lo que nos llevo a realizar una parada para cambio de ropa, hidratarnos, comer algo y continuar el camino hacia la cumbre, durante todo el recorrido con la compañía de guanacos que nos vigilaban desde puntos altos.

     Nos encontramos con una vega congelada, pero que en algunos puntos nos permitía recargar agua para continuar con el camino, hasta la cruz la blanca donde liberamos peso para comenzar con el ascenso hacia la cumbre.

     En el último trayecto tuvimos la presencia constante del viento, del silbido que hacen los tensores de las antenas al cortarlo y a medida que aumentaba nos indicaba que estábamos más cerca de la cumbre, mientras contemplábamos el paisaje que la montaña brindaba y agradeciendo a la Pachamama, por permitirnos estar ahí.

     Llegamos a la cumbre a las 15:30, y a pesar de que ya era conocida, parecía ser la primera vez, firmamos el libro de cumbre con notas de festejo por la llegada y por el cumpleaños de Elo.

     Comenzamos a descender hacia la Cruz blanca donde almorzamos, y comenzamos el camino de regreso, disfrutando los últimos momentos del día antes de llegar a la ruta y comenzar el regreso a casa.

Sebastián Salazar y Eloisa Quiles