NEVADA EN EL REFUGIO DEL BAYO

Esta vez ponemos dos relatos, uno realizado por nuestros compañeros Silvia Yamúss y Enrique Pedro, y el otro realizado por un montañista, amigo Sebastián Rougés, a quien le estamos agradecidos, que fue con otro amigo y estuvo con nuestros compañeros, compartiendo un día excepcional en el Refugio

9 y 10 de noviembre 2019

    Nos habíamos cruzado un par de veces en Puerta durante la semana, y quedamos con ese cosquilleo de entrenar algo más fuerte… Silvia tenía pendiente el segundo BAYO, como requisito para la salida a la cordillera. Y Enrique, como siempre:  ¡¡ dispuesto!!

    El pronóstico anunciaba un finde muy inestable, pero aparecía una pequeña ventana de tiempo aceptable que quisimos aprovechar… Justo podíamos entre sábado y domingo organizar agendas de trabajo, familia, compromisos sociales, etc… no queríamos perder la oportunidad…

    Empezamos a subir el sábado 9 de noviembre tipo 8:30 rumbo al Refugio. Hasta el puesto de los Díaz, un día precioso, con sol y cielo celeste…

    Ya llegando a la Cueva, las nubes estaban bajando y la llovizna nos hizo detener a buscar abrigo y analizar si seguir o no, ya que estaba subiendo la neblina y descendiendo la temperatura…

    Mientras comíamos algo y charlábamos de todo un poco… ¡¡Oh sorpresa!!!  Una fuerte y fresca brisa se llevó todas las nubes y se abrió el paisaje…

    Con esa “pequeña señal de buen tiempo” y nuestras inmensas ganas de llegar al refugio, decidimos seguir…

    Así, con dificultad y esfuerzo llegamos al tramo final de ascenso, ahí donde parece que estamos cerca… pero ni bien terminamos de esquivar las rocas, la neblina se apoderó de todo… a tal punto que nos costó mucho reconocer donde estaba el refugio… entre grises y fuertes vientos…

    Llegamos a las 16:00 aproximadamente, por la neblina y la ventolera parecía que era más tarde…

    Pero estábamos en “casita”:  … Encender las luces, estar al abrigo de las ráfagas y del frío, poder cambiarnos la ropa mojada y tomar algo caliente, era estar en la gloria…

    Inmensa emoción de Silvia al conocer el refugio en esas circunstancias… Para Enrique una nueva visita que lo conmueve…

    La montaña tiene esa particularidad de sacarte todo lo negativo que te angustia… tomamos mate, charlamos, hicimos terapia de tantas cosas que por ahí cargamos sin sentido… pudimos experimentar la amistad…   

    Mientras deleitábamos calidez y paz dentro del refugio; afuera todo lo contrario: vientos cada vez más rudos que parecían arrancar las chapas, lluvia que al golpear el techo sonaba tan fuerte como si fuera granizo…

    Ahí, Silvia no podía controlar la preocupación por comunicar a la AAM y familias que estábamos bien, e intentar saber cómo estarían todos con ese clima… Entonces salió a “buscar señal de celular” antes que oscurezca…

    Enrique con buen tino le insiste: “… llevá linterna…”  Salió en medio de la helada ventisca, oscureció en menos tiempo que pudiera conseguir señal…

    Estaba mirando alrededor como el paisaje se convertía en una película de terror:  viento,  frío, relámpagos y lluvia gruesa que golpeaba… no se veía nada…

    De repente, luces allá a la distancia… por un instante se preguntó si era algún poblado, pero no podía ser, estábamos en medio de la nada… o del todo…

    Hizo juegos de luces haciendo parpadear la linterna una vez y respondieron…  dos veces y también respondieron… eran montañistas que llegaban en medio de semejante tempestad….

    Continuó haciendo señales y por fin los vio cerca: dos muchachos que venían empapados y helados…

    Entramos al refugio…  ¡¡¡qué alivio!!!  Tener techo, luz, abrigo y agua caliente es una verdadera Bendición en todo momento, ¡pero ahí la valoramos de verdad!!!

    Enrique conocía a Sebastián, quien llegó con Tatín; estar todos juntos a salvo es indescriptible … En esos momentos es cuando la esencia del ser humano trasciende todo lo natural… teníamos que pasar la noche, rogar que el refugio resista y recuperar fuerzas para bajar apenas la luz del día y el clima nos permitan ….

    Con la tranquilidad de estar acompañados, dormimos de un solo tirón hasta la 1:30. El caos afuera había cesado, solo se oía un susurro en la noche… abrimos la puerta y…  ¡¡guauuu !!! hielo en la puerta y nieve alrededor!!! Se veía todo tan bello!!! ¡El resplandor de La luna llena dejaba entre neblinas percibir la majestuosidad del paisaje!!!   Sacamos las fotos que el frío nos permitió y volvimos a entrar a nuestra casita a seguir descansando…

    A las 5:30 del Domingo despertamos y ya se vislumbraba el alba, tipo 6:00 empezamos a preparar el desayuno y a vestirnos para emprender el regreso… Ya abrigados, salimos a jugar con la nieve como niños y a deleitarnos con esas imágenes preciosas de los cerros nevados… Esos mismos cerros que desde la ciudad admiramos cada vez que entre calurosos días nos regalan respiros de temperaturas frescas…

    Si… estuvimos justo ahí en ese momento que se visten de blanco… pudimos tocarlos con nuestras manos…  lo que todo tucumano disfruta de lejos… pudimos vivirlo y extasiarnos …

    Con todas las ganas de quedarnos allí para siempre, empezamos a bajar, con un paisaje lleno de nieve. El sendero se hacía ligero amortiguado por la nieve que estaba firme… y con abundantes huellas de animalitos…   nos acompañaron una familia de guanacos que aparentaban estar disfrutando del hermoso sol después de una TERRIBLE pero MÁGICA noche….

    Así fue que el Refugio del Bayo de la AAM dio tan linda bienvenida, una vez más, a todos los que andamos por ahí…

Silvia Yamúss y Enrique Pedro

Salida de Entrenamiento al Refugio del Bayo 9 y 10 de noviembre 2019

    El sábado 9 de noviembre emprendí una salida de entrenamiento, con un amigo, al Refugio del Bayo, en las Cumbres Calchaquíes. La consigna era: realizar una ascensión en condiciones climáticas adversas, en horario no ideal (noche) y por ruta desconocida (con track).

    Por supuesto que era una salida con todas las previsiones. Habiendo realizado la Huella Andina en el Sur, trasladé los requisitos que me pedía guardaparques, por lo que llevé track verificado (realizado por Rubén por lo que sabía que era real) en dos dispositivos (GPS y reloj Garmin Fenix 5), linternas, botiquín, ropa de lluvia y Radio. En el Refugio estaba Enrique Pedro, con quien ya había arreglado la salida, y sabía a qué hora yo emprendería el ascenso, la ruta elegida, el horario aproximado de arribo, y también acordamos una frecuencia de VHF para comunicarnos en caso de emergencia.

    Llegar ahí, en medio de esa cumbre y en situación de tormenta fue muy reconfortante!!

    La ubicación del Refugio es ideal. Me asombró ver el trabajo realizado por la AAM, debido al esfuerzo que representa llevar los elementos de construcción hasta esa zona tan inhóspita. El elemento de luz (y electricidad para cargar teléfonos) es un lujo. La reserva de agua potable, los aislantes, cartografía con ubicación de la Vega para la gente que no la conozca, espectacular. Noté que había varios orificios en las chapas que estaría bueno tapar, ya que entraban gotas de lluvia.

    Asimismo, creo que sería ideal cerrar los espacios que hay entre las chapas y las paredes, por aislación térmica y para evitar que entren más ratones (había excrementos en las mesadas). Un lujo sería hacer un alisado del piso, ya que con aislante y todo se sentía las lajas en la espalda. Lo que quizás estaría bueno llevar (en ese momento no tenía una copia) es dejar un listado de frecuencias de la DAU y otras (como las que usamos los radioaficionados) para casos de emergencia. Y también pensé en la posibilidad de equiparlo con una baliza. Es una luz roja intermitente, que puede ser LED, de muy bajo consumo) que serviría para ubicarlo visualmente de noche, en caso de que todavía haya gente en la cuesta a esas horas.

    Agradezco a la AAM por el trabajo realizado, es un aporte muy valioso que demandó un esfuerzo magnánimo y que espero que todo visitante sepa valorar y cuidar.

Sebastián Rougés