Ñuñorco Grande. 4 de enero de 2020.

Una aventura para recordar

Con los compañeros:

Fernanda Albertus, Fernando Nuño, Adrián Toledo, Adrián Domínguez, José M. Lazarte, Ricardo Gramajo, Santiago Zapatiel y Germán Fernández Garvich.

Inicio de la caminata y recorrido. Deslumbre Fitozoológico.

El reloj marcaba las 9:30 a.m. cuando comenzamos nuestro ascenso siguiendo una senda, que a intervalos irregulares se interrumpía, dando lugar a la creatividad y al espíritu aventurero, para encontrar la mejor opción de itinerario, a “campo traviesa”.

A lo largo del recorrido nos topamos con diferentes tipos de suelo: pedregosos, con piedras sueltas y/ o incrustadas en el terreno, con césped, plantas que apenas sobrepasaban el nivel de las rodillas, con y sin espinas y también, un tramo de tierra únicamente.

Los tábanos hacían notar su presencia con un zumbido conjunto permanente, durante las dos últimas horas del ascenso.

Durante el recorrido nos encontramos con, al menos, dos tipos de hongos.

A lo largo de casi todo el trayecto a pie, nos escoltaban dos águilas negras. Pudimos avistar una lechuza blanca en plena cacería y una perdiz, saliendo abruptamente de su guarida.

Llegada a la cumbre. La celebración.

Arribamos a destino, luego de tres horas y media de caminata.

La sensación de júbilo y lo imponente del paisaje circundante, se mezclaron en un cóctel de alegría, alivio, satisfacción (dado el excelente rendimiento a nivel grupal) y particularmente quiero destacar la gran fuerza de voluntad, tenacidad, perseverancia y optimismo de un compañero y amigo llamado José de cuyo crecimiento como un montañista, soy testigo.

Asimismo, quiero poner de relieve la excelente labor docente de un gran colega, Profesor en Educación Física: Santiago Zapatiel, quién permanentemente motivaba e instruía a José en cuestiones vinculadas a la prevención de lesiones, técnicas respiratorias, frecuencia de hidratación, entre otras. Un gran aporte que realizó a este equipo “Ñuñorco Grande”, fue el de llevar dos walkie tokies, para mantener la caravana unida, formada por ocho personas: Ricardo Gramajo, Santiago Zapatiel, Fernanda Albertus, Fernando Nuño, José, Adrián Toledo, Adrián Domínguez y quién escribe estas palabras.

Emociones y valores humanos.

Finalmente, deseo resaltar que en las tres salidas que voy realizando con miembros de la AAM (Mundo Nuevo, Quebrada del Barón y Ñuñorco Grande) he notado como común denominador los siguientes valores humanos: solidaridad, humildad, respeto, generosidad y responsabilidad, todo ello teñido con buen sentido del humor y entusiasmo en la mayor parte del tiempo en que transcurrió cada excursión.

Germán Fernández Garvich