Senda Loma Bola 9 de julio de 2020

Fueron nuestros compañeros, Natalia Dahud, Esteban Mansilla, Benjamín Palacios, Fernando Nuño, Juan Espasadín, Cecilia Ludueña (y los amigos de Esteban, Tatiana Sánchez, Horacio Buteler, Carlos Gil, Patricio Gil y Lorena Blumenfeld)

Y la Montaña no va a ningún lado, sabe que el movimiento es por dentro (Liliana García Carril)

Hace mucho tiempo que tenía el deseo de ir al encuentro del cerro, transitar sus sendas, ser parte del paisaje, bajo el cobijo de sus árboles añejos y la exuberante vegetación de este pequeño jardín. Postergar por diversos motivos aplazó el deseo, hasta que llegó el momento donde me animé a concretar el anhelo.

    Así fue que me inscribí en la AAM, despejé un par de dudas, supongo que cualquier principiante al igual que yo, se las plantea, más aún cuando somos adultos con nula experiencia en incursionar en la montaña. El día previo a la salida escuché en la charla por Zoom – hay que salir, perder el miedo, caerse y levantarse, no van solos, hay un grupo que acompaña – creo que lo dijo Nicolás Kuznesov. Y así fue, me animé y salí.

    Encontré gente maravillosa, me esperaron, me animaron y sentí su cálida compañía para seguir adelante. Cada vez que paraba para recuperar el aire, miraba hacia las copas de los árboles, veía filtrar los rayos de sol por entre las ramas, un abanico de destellos en infinidad de verdes se desplegaban de las hojas. Esos momentos son los que suponía iba a encontrar, así fue. Hubo cansancio, caídas, esfuerzo y perseverancia. Pero por sobre todo sostén y cariño de los compañeros de camino.

Gracias AAM, de una novata en proceso.

Natalia Dahud