Nuestros compañeros Nadia Díaz y Edgar Andrade, fueron el domingo 2 de agosto al Refugio del Bayo
Domingo 2 de agosto, a las 4:03 sonaron ambas alarmas, la mía con la canción de Abel Pintos, Sin principio ni final y la de Edgar con un PIP PIP PIP, que me recordó a un reloj rojo cuadrado con número grandes que tenía mi padre…
Las mochilas estaban listas. Después de un desayuno liviano, en mi caso con un poco de sueño, partimos de nuestro pueblo, directo al Galpón de Telecom… Me mareó un poco el viaje hasta el Mollar, allí me sentí mejor, pero seguía con sueño… Cerré un ratito más los ojos hasta que Edgar me dice: – creo que nos pasamos de la entrada al galpón…estaba muy obscuro aún, eran las 6:35, le dije que aún faltaba … Sin querer llegamos hasta el puesto del Infiernillo, la Luna nos encandilaba en esa zona, estaba enorme y súper brillante, me culpó a mi obviamente de pasarnos del galpón, por no ir atenta, allí me desperté por completo.
Lentamente regresamos hasta encontrar el galpón, me baje de la camioneta tomé la mochila y los bastones, estaba lista para empezar esta gran aventura, que en principio sería el día sábado, cuando pusimos en el grupo que iríamos el sábado, Rubén nos pidió que nos comuniquemos con Sebastián y Eloísa así vamos juntos. El tema es que a los chicos se les complicó el sábado y así es que pasamos la salida para el día domingo.
Iba a ser la segunda vez que iríamos con Edgar por esta vía. Ya en el galpón, pasaron como 15 minutos hasta que Edgar se puso la campera, revisó su mochila, se puso la mochila, prendió el GPS, encontró su linterna etc, etc y etc… Intenté ser paciente pero no aguanté y lo tuve que apurar.
Con mucha tranquilidad me dijo que me calmara y que no lo apure… Realmente estaba ansiosa por empezar el recorrido, lentamente me fui yendo primero…eran las 7:10 aproximadamente, con una temperatura de 11°, una leve brisa no muy fría, y un cielo estrellado… Pintaba un día perfecto…
En un principio había hablado con Eloísa para proponerle que nosotras vallamos por el filo directo y los hombres por la ruta tradicional, con la intención de llegar un poquito antes e ir a la Vega a buscar agua mientras ellos veían el lugar para la instalación de la estación meteorológica, para tener tiempo de volver en el dia… Pero el sábado en la noche Sebas me dice que ellos irían por el avión caído, una vía más larga, pero más tranqui, ellos se quedarían a pasar la noche… No podíamos ir con ellos ya que nosotros no podíamos quedarnos, así que decidimos con Edgar ir los dos por el filo directo y dar la vuelta por el avión caído para encontrarnos en el camino…
Ahora el objetivo era ir por el filo directo, llegar al Refugio, luego ir a la Vega a cargar el bidón y encontrarnos con Sebastián, Eloísa y Sebastián Tauber, de Recursos Hídricos que subía por lo de la instalación meteorológica.
La primera parte hasta llegar al filo siempre es un poco tediosa por los pastizales y las piedras, además estaba un poco oscuro aún…una vez que llegamos al filo el camino está más despejado, unas cuantas piedras grandes en la primera parte nada más, y luego subir, subir y subir sin descanso, caminamos hasta las 9 de la mañana, a esa hora hicimos una parada de 10 minutos…vimos a los chicos que se dirigían por la quebrada. Luego seguimos caminando hasta llegar a los 3950 msnm, eran las 11 hs descansamos unos 10 minutos, ya sentía el peso de la mochila, hacía calor, pero el viento eras mucho más helado que al inicio, al frente estaba la antena, nos faltaba avanzar un poco para cambiarnos al filo que nos sacaba frente al refugio.
Con coraje emprendimos el último tramo. Había que seguir manteniendo la altura, para luego trepar la última pared. Increíblemente la última parte no resultó tan agotadora como se la veía, o tal vez la emoción de saber que ya estábamos a unos cuantos metros no hizo olvidar lo alta que se veía la pared. Qué alegría tan grande volver a estar en el Refugio, eran las 12:30 el horario perfecto para el almuerzo.
Después de un súper abrazo cumbrero dejamos las mochilas y almorzamos en la zona donde hay señal, el día no podía estar mejor, sol a pleno, apenas se sentía por momentos una leve brisa, se observan guanacos al rededor, el paisaje era perfecto. Luego del rico almuerzo dejamos algunas cosas que llevamos para el Refugio (un mate con bombilla, yerba, azúcar, café, algunos medicamentos, y Edgar dejó una llave para ajustar las chapas) escribí nuestra visita en el cuaderno. Sinceramente me quería quedar más tiempo, pero Edgar me apuraba, realmente es muy bueno calculando el tiempo.
A las 14 hs dejamos el Refugio, Edgar quería salir a las 13:30, así que me dio otro sermón, A las 14:40 estábamos en la Vega, una maravilla la cantidad de hielo… Mientras él se sacaba fotos y disfrutaba de una banana con coca cola yo estaba cargando el bidón, hasta que vio su reloj y empezó a apurarme nuevamente, dejé el bidón cargado sobre una piedra grande así los chicos lo puedan ver y llevar al Refugio. Una vez más Edgar me recordó lo importante que es calcular el tiempo, me volvió a reiterar que no sea tan distraída. Apenas empezamos a bajar vimos a un chico que venía subiendo. Qué alegría todo se estaba dando como lo planeamos… Cuando nos acercamos le preguntamos si andaba sólo porque no veíamos a Elo con Sebastián, respondió:
– Ustedes son de la Asociación?, más abajo vienen los chicos.
Nos detuvimos a charlar, nos dijo que venía muy bien, y lo vimos muy bien, conversó con Edgar sobre la estación meteorológica, nos tomamos una foto y seguimos bajando hasta encontrarnos con Eloísa y Sebastián, una alegría enorme verlos después se tanto tiempo, charlamos unos minutos más y de inmediato emprendimos nuevamente el descenso ya que eran las 15:30 y aún no habíamos llegado a la zona del avión caído.
Recién nos detuvimos unos minutos antes del puesto del puesto Díaz, comimos un alfajor y a las 18:20 llegamos al vehículo. Inmensamente felices de haber concretado los objetivos y de haber dado una hermosa vuelta.
P/D. El track que grabé tiene un error, en algún momento se detuvo y al final grabó una línea recta. El que grabó Edgar es más preciso.
Nadia Díaz