¿Una senda con pasado urbano? Aventura por una de las sendas al Nuñorco Chico – 8 de agosto de 2020

Nuestros compañeros Nadia Díaz y Edgardo (Edgar) Andrade, estuvieron el sábado explorando la posibilidad de subir en el dia al Ñuñorco Chico

Por tercer fin de semana consecutivo iniciamos una nueva aventura con mi compañero de vida… Insistí tantas veces con una travesía al Ñuñorco chico que ya no me afectaba que ignoren mis propuestas, siempre quedaban en frases como: hay que estudiar bien la ruta, es muy difícil, es para hacerlo en mínimo dos días… pero estas frases despertaban aún más mi interés en conocer, aunque sea parte del recorrido… 

    El sábado 25 de julio fuimos al Ñuñorco Grande, en la cumbre nos encontramos con un grupo que hizo en más de una oportunidad el Ñuñorco Chico. Inmediatamente le dije a Edgar que converse con el joven y le pregunte sobre el Ñuñorco chico, mientras yo lo contemplaba desde la cumbre del Ñuñorco Grande.

    Luego de esa charla, Edgar consiguió un track preciso, por así decirlo, ya que en wikiloc hay varios, pero con muy pocas referencias, esta vez conocíamos a quien grabó la ruta y nos advirtió personalmente sobre algunos detalles, esto le dio más seguridad a Edgar para que se decida por fin a incursionar el primer tramo.

    Entre los detalles el joven también le dijo que era muy difícil y que se lo hace en dos días, en una vega se hace el campamento… esto nos sorprendió porque pensábamos que no había agua en todo el recorrido.  El fin de semana siguiente fuimos al Bayo para entrenar y con alegría decidimos ir al Ñuñorco Chico, el siguiente fin de semana. El plan era tratar de llegar a la vega, regresar a casa, analizar si con más entrenamiento se lo podía hacer en el día con muy poco peso, o implicaba si o si hacerlo en dos días con una mochila más grande y carpa…  De este modo concretamos esta hermosa aventura el sábado 8 de agosto.  

    Días antes estudiamos la ruta, la pasamos al GPS, hicimos un bosquejo sobre la distancia, la altura, un estimado sobre el tiempo de avance en km, según el ascenso y el terreno, sabiendo que una cosa es verlo desde la compu y otra muy distinta estar allí, pusimos un horario límite de caminata, ante todo lo fundamental en salidas del día, es regresar al vehículo con la luz del sol.

    Recordamos que en los últimos años que hicimos el descenso por la Quebrada del Portugués, personas de la comunidad de El Rincón pusieron un portón en el acceso al camino que nos lleva hasta el último tramo que se puede hacer en vehículo (La Banderita), al mismo lo abrían a las 8:30 y cerraban a las 18:30 si mal no recuerdo. Ante esta situación, para poder empezar más temprano planeamos llegar a las 7 am al portón, dejar allí el vehículo y hacer ese tramo en bicicleta, seguiríamos en bici hasta cercanías del rio, las dejaríamos camufladas en algún lugar que no llamen la atención.

    Los números nos indicaban que en el portón estábamos a los 2200 msnm, del portón a la Banderita teníamos casi 8 KM en distancia y descendíamos a 1960 msnm, de allí hasta el primer cruce del rio teníamos un poco más de 3 km y descendíamos a los 1650 msnm…  Epa epa, volaríamos en las bicis hasta el rio, teniendo en cuenta que hasta allí estaba muy bien marcada la senda, ¿pero el regreso? Mmmmm iban a ser 570 mt de puro ascenso…  Las bicis estuvieron varios años colgadas, hace un mes las bajamos, las acondicionamos y dimos unas vueltas alrededor del pueblo y nada más… 

    Pero aun así cargamos las bicis en la camioneta y a las 5:20 salimos de casa con mucho entusiasmo…  a las 6:30 llegamos al portón, para sorpresa nuestra estaba abierto!!! Pero le dije a Edgar que ya que llevamos las bicis sigamos el plan… en 15 minutos las bicis estaban listas, estaba aún oscuro y hacia frio, creo estábamos con 3° de temperatura, el pasto estaba escarchado… 6:50 am salimos en las bicis.  

    A las 7 am estábamos volviendo a la camioneta jajaja, pedaleamos un poco y Edgar dijo, a la vuelta nos vamos a re c… complicar, teniendo en cuenta que podemos volver muy cansados y sin ánimos de pedalear. Inmediatamente le dije: tenés mucha razón, aprovechemos que el portón está abierto y sigamos hasta la Banderita. Menos mal que tomamos esa bendita decisión… Hasta hoy doy gracias a Dios, al universo y la comunidad por dejar el portón abierto…

    Una hora nos llevó llegar a la Banderita, el camino está muy deteriorado, muchas cárcavas, zonas de derrumbe y zonas socavadas que hacen muy estrecho el camino, por partes Edgar se tuvo que bajar para ir viendo si se podía o no pasar y me guiaba por donde seguir con el vehículo, momentos de tensión, un tramo para ir híper atentos… A las 8 am llegamos a la Banderita, decidimos guardar adentro de la camioneta las bicis y caminar todo el recorrido… 8:50 llegamos al río.

    Seguir un track con el GPS no es tarea sencilla, no se puede caminar constantemente con el GPS en la mano, de vez en cuando miramos la ruta para orientarnos y no alejarnos tanto de la misma. Según el track, luego del cruce del rio debíamos ir un poco a la izquierda y luego a la derecha. Cruzamos el rio, avanzamos un poco, buscamos por donde seguir. Hacia la izquierda había una senda empinada que te sacaba al filo y a la derecha la tradicional senda de la Quebrada del Portugués… para ir por la senda de la izquierda había que volver a cruzar el rio, había que optar por donde intentar, decidí cruzar nuevamente el rio, Edgardo me dice que lleve el GPS (como si fuera que le entiendo mucho) para mayor seguridad y me lo lanza desde el otro lado del río, fui por la senda que me sacaba al filo y mientras Edgar seguía por la derecha para ver si había una senda que nos lleve al filo del frente que es por el que debíamos ir… mientras subía al filo me acercaba un poco a la ruta, pero luego me alejaba mucho, si seguía la línea de la ruta me llevaba a una quebrada imposible de bajar, tenía que ser por la derecha, por donde estaba Edgar, bajo de ese filo y le digo a Edgar que tiene que ser por donde él está… vuelvo a cruzar el rio, retomamos el camino tradicional, por un momento nos acercamos nuevamente a la ruta, pero al seguir avanzando nos alejamos otra vez… Edgar mira hacia el frente y dice es ahí a donde tenemos que ir… pero era una pared de tierra vertical súper alta, con unas leves huellas de animales… me negué rotundamente a intentarlo, imposible que sea por ahí, después de ir y volver varias veces, me detuve en un punto de altura media, me puse a observar la ruta del GPS y el punto donde estaba parada, observe a la derecha, a la izquierda y al centro… estaba parada en el punto exacto donde podía ver que en el codo que hace el rio había como un brazo del rio que venía de la  quebrada que me impedía pasar a donde me marcaba el GPS, estaba todo cubierto de piedras medianas y casi seco… sólo desde el lugar donde estaba parada se lo veía, era la única opción,  asi que cruzamos esta vez los dos nuevamente el rio, caminamos unos cuantos metros sobre la orilla hasta llegar a ese brazo, avanzamos un poco sobre las piedras subiendo por la quebrada  y vimos un hermoso y maravilloso sendero a la derecha.

    Fueron 45 minutos aproximadamente que nos llevó encontrar la ruta, pensamos que al terminar el sendero habría un filo, pero para sorpresa nuestra, llegamos a una hermosa meseta, toda verde, parecía que hacía poco podaron el césped, había un gran corral a la derecha, seguimos avanzando, el terreno era genial, luego tuvimos que bajar por una quebrada muy leve y subir como a otro filo, pero al llegar era otra pequeña meseta, seguimos avanzando.

    Quedamos sorprendidos por vestigios arqueológicos o indicios de que alguna vez hubo allí un asentamiento, por las piedras en círculo, subimos un poco más y ya nos dijimos, esto era un barrio, había más piedras en círculos, allí observamos una piedra quebrada que tal vez fue un mortero o conana.

Había árboles y animales dispersos, tomamos unas fotos y miramos el GPS, nos indicaba que el camino era por el filo de al lado, rápidamente bajamos y volvimos a subir al filo de al lado, avanzamos un poco y vimos que más arriba los filos se unían jajaja.  Luego ingresamos a una zona de arbustos, eran muchísimos, estaban como secos, teníamos que ir agachados y atentos para no sacarnos un ojo, sí o sí hay que pasar por allí con mangas largas, los arbustos te chuschan, arañan y tironean la mochila, parecía interminable esa parte, finalmente salimos a una pequeña meseta hermosa, allí tuvimos el primer descanso, eran las 11:15, comimos una barra de cereal, observamos el GPS y continuamos,  media hora después llegamos a la Vega, estaba como en un gran pozo, sacamos unas fotos y observamos que en un árbol había una botella cortada, al parecer la usan para sacar agua.

    Desde allí  teníamos a la vista, muy cerca al famoso Ñuñorco Chico, es como que la vega esta al pie, teníamos 3 filos para encararlo, irnos del todo a la izquierda, para agarrar el filo desde abajo (había que bajar), irnos del todo a la derecha para salir un poco directo en la cumbre, lo cual era arriesgado por ser muy abrupto el ascenso, o por el medio, con la posibilidad de ir zigzagueando, después de pasar por unos juncos o arbustos otra vez, comenzaba la zona de los pastizales, piedras y de vez en cuando arbustos… por momentos seguíamos un sendero, cada tanto lo perdíamos, estaban altos los pastizales, una vez que empalmamos con el filo que supuestamente lleva la cumbre, nos encontramos con un sendero muy marcado.

    Edgar llevaba un excelente ritmo,  el mío disminuyó un poco, cuando más avanzábamos sobre el filo, más grandes eran las piedras, y más Queñoas, estas  nos daban barillazos, sus ramas estaban con brotes y eran súper elásticas… las enormes piedras también formaban cuevas, cuando no  podíamos pasar sobre ellas, teníamos  que bordearlas, para ambos lados teníamos caídas abruptas, había que agarrarse bien de los pastizales y fijar bien las pisada, ya que había muchos huecos que por los pastizales no se los veía, y cuando se veía un poco de tierra, parecía firme, pero al pisar nos hundíamos un poco… así seguimos hasta llegar a una caída de 5 o 10 metros aproximadamente, había que bajar para trepar lo que talvez sería la cumbre, estábamos ya a 2827 msnm según el celular, pero el GPS marcó 2801msnm.

    Eran las 14 hs, no lo pensamos mucho, no habíamos almorzado aún, estábamos bien de piernas, pero faltaba el descenso, llegar a la punta de esa pared de rocas y pastizales nos llevaría unos 40 minutos tal vez y no sabíamos con exactitud que seguía después, si realmente ese era el punto más alto, es decir la cumbre,  consideramos que no valía la pena comprobarlo, era arriesgarnos demasiado, bajar desde donde estábamos y trepar esa roca no parecía tan difícil, lo casi imposible sería bajar de allí y subir de nuevo esos 5 o 10 metros para retomar el descenso, sería una hazaña  muy peligrosa, no teníamos cascos ni cuerdas, y si la hubiésemos tenido, tampoco sabíamos cómo usarla.

    Asi que nos conformamos con contemplar por unos instantes la maravillosa vista que teníamos, el imponente Ñuñorco grande, veíamos claramente el río y la ruta, hasta se escuchaba el ruido de las motos en la ruta. Era hora de almorzar, pero decidimos que lo mejor era descender hasta cercanías de la Vega, asi que a las 14:15 nos tomamos unas fotos y emprendimos el regreso.

    Fue una muy buena decisión, realmente fue durísimo el descenso de esa última parte, era muy abrupto, esta vez las Queñoas nos servían de apoyo, los pastizales muy resbaladizos, y algunos filosos, tenía guantes cortos, me hicieron varios cortes pequeños en los dedos, al salir de la zona rocosa entramos de lleno a los pastizales, no veíamos por ningún lado vestigios de senda… Edgar dice que bajamos antes del filo, se dio cuenta que apenas interpretaba el GPS, y que confundía a veces la izquierda con la derecha, pensé que lo sabía, por tramos hacíamos culipatin, por lo menos los pastizales estaban muy firmes al agarrarlos fuerte nos permitían frenar… nos alejamos un poco de la ruta, pero lo importante era salir de esa horrible zona, una vez que se terminaron los pastizales, antes de la Vega, bajo la sombra de un hermoso árbol almorzamos, de hecho Edgar almorzó,  la tensión de los pastizales me quitó por completo el apetito, tenía mucha sed, mi agua se había terminado, mi almuerzo fue una riquísima, sabrosa y jugosa manzana, eran las 15:30.

    A partir de allí le di el GPS a Edgar o, mejor dicho, me lo quitó, continuamos el descenso, llegamos a la Vega y alrededor había algunos animales, vacas o toros. Saliendo de la Vega, hacia arriba, había un árbol caído, cuando pensé que lo peor había pasado, llegó lo peor que me pasaría, gaste mucha energía en los pastizales, después de eso sentía una leve fatiga, Edgar me sacó varios pasos, un poco levantando la voz, le dije:  mira Bebé esa vaca… me llamó la atención lo grande que era, un  blanco ala con unas manchas marrón claro, tenía unos cuernos bien puntiagudos, un animal imponente, estaba un poco lejos, agache la cabeza y seguí caminando, un minuto después, levanto la cabeza y Edgar estaba cuerpo a tierra detrás del árbol caído, quietito, por una milésima de segundos no entendía lo que pasaba, también me quedé quietita…hasta escuchar el galope de la vaca o toro…Chan!!

    El animal venía hacia mi… quería gritar pero me quedé muda, olvidé el cansancio, corrí hacia Edgar , pasé por encima de él, sin querer le di un bastonazo  y trepé unos metros hacia arriba, tun tun tun latia acelerado mi corazón quería salir… el animal no nos sacaba la mirada de encima y nos provocaba, parecía molesto, Edgar le hacía señas con los bastones para que se vaya, y más se enojaba, hasta que dijo con vos gruesas las palabras mágicas : VAACAAA , VAAACAAA… increíblemente el animal se fue corriendo… pero  hacia donde teníamos que ir nosotros … por unos minutos lo perdimos de vista, luego nos lo encontramos de pechito,  ya estábamos entrando a la zona de los arbustos , sin dudarlo me fui al lado contrario eligiendo un arbusto para esconderme.

    Edgar no se alejó tanto, después lo perdí, un poco más adelante nos encontramos, perdimos la senda, caminamos hasta encontrarla nuevamente un poco más abajo… hasta ahora le pregunto a Edgar por qué nunca me dijo que el toro iba hacia mí, por qué no me advirtió, se cubrió el sólo… y me responde que pensó que lo veía venir hacia mí, porque fui yo la que le dije que lo viera…pero cuando yo lo vi estaba quieto.  Aunque él nunca lo reconozca, estoy segura que se asustó más que yo…  después de ese momento, al ver vacas, inmediatamente cambiábamos de camino…

    Estando ya cerca de la última meseta, hicimos una cortada, y cerca del primer corral, bien a la derecha bajando, encontramos una gran piedra casi cuadrada que parecía un mortero comunitario, tenía varios orificios, sin dudas pensamos que toda esa zona en algún momento de la historia fue un gran asentamiento.

    A partir de allí empecé a sentir ardor en las plantas de los pies y un leve dolor en el tobillo, Edgar empezó a apurarme, eran las 17:15. Ahora debíamos encontrar la senda de bajada al río, había algunas vacas, estas eran más pequeñas, creo que sólo una tenía cuernos, pero esta vez el dolor en mis pies y tobillo fueron más fuerte, sí o sí tenía que llegar al río para poner mis pies en agua fría, agaché la cabeza y pase a unos metros de ellas… Apenas llegamos al rio por primera vez después de tantas horas nos desplazamos para cruzar el río, los cruces anteriores los hicimos saltando sobres las piedras más grandes, pero ahora estábamos muy cansados, tocar la arena con mis pies descalzos fue una sensación maravillosa.

    Edgar paso primero el río, luego se sentó sobre una piedra y dejo sus pies unos minutos en el agua, yo en cambio, apenas pasé puse mis pies sobre una piedra y con la mano me ponía agua, realmente el agua estaba muy helada, me hacía doler los huesos… eran las 18hs, debíamos apurarnos para llegar lo más rápido posible al vehículo… allí comenzó mi sufrimiento, ya me vi las ampollas, al ponerme las botas y retomar la caminata el dolor se agudizo, y Edgar caminaba más rápido… respiraba profundo y trataba de alcanzarlo, ya no me importaba el paisaje ni nada, solo trataba de alcanzar a Edgar y llegar lo antes posible al vehículo…pero parece que Edgar a propósito buscaba el camino más largo, no llegábamos nunca.

    Se desorientó y bajamos demasiado, yo lo veía que a cada rato, miraba el celular y luego miraba a todos lados… le gritaba preguntando si íbamos bien, y me daba a entender que sí, pero no… me acerqué un poco y lo escuché decir:  acá tiene que estar el vehículo, pero no se lo veía… le grite: te dije que veníamos mal!!! el vehículo estaba como 50 metro arriba nuestro, a las 19 hs llegamos al vehículo…

    Ahora… ¿Te imaginas si teníamos que volver en bici desde el río???  íbamos a estar en el vehículo a las 1 de la mañana… Pero pronto nos olvidamos por completo del dolor de ampollas y del cansancio… debíamos llegar hasta El Rincón por ese peligroso camino…esa fue la última tensión de la gran travesía. 20:15 hs estábamos sanos y salvos en la rotonda del mollar planeando encargar un lomito completo para cada uno y en la heladera nos espera una caja de cervezas en latas para brindar por la hermosa aventura…

    Resultado del análisis de la salida: conociendo bien la senda es posible llegar al Ñuñorco Chico en el día, dato por si a alguien le interesa… en mi caso ya no. Esto mientras se pueda llegar en vehículo hasta la Banderita. Si no le hacen un mínimo mantenimiento, se terminará cerrando el camino para vehículos.

Nadia Díaz