Fueron al Refugio nuestros compañeros Ana Bellomío, Ibonne Tuczio, Nadia Díaz, Delfina Hernando y Edgado Andrade
Me he sumado a la Asociación hace un par de meses y hasta ahora no había podido concretar más que una salida de entrenamiento. No sabía bien de qué se trataba el Bayo, pero tenía muchas ganas, así que me he anotado sin dar vueltas.
El viernes, en medio de la organización para salir a la casa de Sofi en Tafí, Ibonne me pregunta: “¿ya has subido 4000?”. No había subido ni 3000. Mientras viajábamos nomás me han explicado que podía apunarme y cómo, más o menos, zafar: mucha agua, comida liviana, un par de caramelos. Me he preocupado un poco pero ya estábamos ahí.
El sábado nos hemos levantado bien temprano y partimos hacia el Galpón de Telecom para arrancar: “7:40, va”. Había una niebla muy densa y mucho frío (¡gracias por prestarme un par de guantes, Ceci!), por suerte rápido se ha abierto el cielo y sol ha empezado a calentarnos.
En la casa de Don Díaz nos separamos de Manuel, Ceci y Sofi, que hacían noche en el refugio y podían llegar un poco más tranqui. Edgardo iba puntero, motivándonos para llegar antes de las 14 h. La subida ha sido hermosa y por suerte todos nos hemos sentido bien: Nadia sacaba fotos, Ana cantaba y por ahí nos tirábamos a descansar anhelando ver la antena que nos indicaba que faltaba poco. Hemos llegamos bailando cumbia, con mucha hambre y felicidad a eso de las 12:40; así que hemos podido quedarnos un rato laargo disfrutando una vista alucinante, narrando en el Cuaderno de Bitácora y sacando más fotos.
A las 14:20 hemos emprendido el regreso por el camino del avión caído, cruzándonos con muchos guanacos y roedores. En la Cueva, hemos hecho nuestra última parada para gozar del río, y para las 18 ya estábamos estirando y despidiéndonos en el punto de partida.
Le doy gracias a todos mis compañeros, que me han regalado una primera experiencia hermosísima y ansias por volver. La montaña es la montaña.
Delfina Hernando