Por nuestros compañeros Nadia Díaz y Edgardo Andrade
Nuestra salida estaba programada para el 24 de abril, pero por mal tiempo recién la concretamos el siguiente sábado, 1° de mayo.
La necesidad de sentir la energía, la armonía y los grandes desafíos que nos otorgan las montañas fue superior al estrés laboral de la semana. El viernes 31 de abril le mandamos un mensaje a Nicolás, Pte.del club para contarle de nuestra salida, nos pidió detalles de la misma y nos deseó mucha suerte y como siempre informar apenas lleguemos al vehículo.
Ese viernes regresamos a las 18 hs de la escuela, repatriamos a las niñas a casa de la Abuela Elena, cargamos la carpa, las mochilas, Edgar se preocupó por su colchón inflable de 2 plaza y su almohada, yo por el bolso matero y a las 20:30 salimos de León Rougés disfrutando de unos ricos mates por la ruta a los Valles.
A las 22hs llegamos a las Carreras, buscamos un lugarcito cerca de la casa de don Romano y armamos la carpa, la carita de Edgar de satisfacción al recostarse en el colchón inflable con su almohada, no tenía precio… Kiko del Chavo del 8 un poroto jajajaja… pero al toque frunció el entrecejo cuando le dije que pondría la alarma a las 5:30 am… En fin la alarma nos despertó a las 6 am, tenía la esperanza de empezar a caminar unos minutos antes de las 7 am, pero iniciamos la aventura a las 7:35… Edgar tuvo un percance con su súper colchón… no lo podía desinflar, se trabó el tapón… mientras tanto, hice té y café, como Edgar seguía peleando con el colchón , dejé los vasos en el vehículo y me puse a desarmar la carpa, justo cuando terminé de desarmarla, logró aflojar el tapón… Desayunamos y empezamos la caminata, minutos después fuimos alcanzados por los primeros rayos del sol…
La primera parada la hicimos por donde se desvía el camino para acceder a la Cascada de los Alisos a las 8:15 aproximadamente, la siguiente fue a las 9:40 en la pequeña planicie que se encuentra luego del cruce del rio… Hasta allí conocíamos muy bien el recorrido, ahora había que analizar por dónde seguiríamos, teníamos 2 track, 1 que nos pasó Fer Carrizo y el otro el que grabamos la primera vez, en esa ocasión fuimos por la derecha, una quebrada bastante feita por las piedras, pastizales y cárcavas de la Vega, por lo que implicó más esfuerzo y se avanzó despacio. Al terminar este trayecto y subir un poco más nos sorprendió ver un puesto a los 3300 aproximadamente, inmediatamente pensamos con Edgar que debe haber un sendero del puestero y que el mismo, evitaría este trayecto feito. Aquel día apenas llegamos a casa analizamos el camino recorrido, ubicamos el puesto y tratamos de buscar el sendero, pero no logramos visualizar nada… Pero el track de Fernando tenía un recorrido paralelo al nuestro y pasaba muy cerca del puesto.
Después de observar y charlar con Edgar, decidimos que el primer objetivo sería llegar al puesto por el sendero del puestero… el objetivo principal (llegar a los 4000 msnm) quedó de lado… Observamos la montaña, visualizamos dónde debería estar el puesto, estábamos ubicados en medio de los 2 track, así que guardamos un rato el celular y empezamos a caminar buscando el sendero… saliendo de la pequeña planicie vimos un par de huellas … Edgar fue por una y yo por otra … luego ambas se unieron… genial! estábamos ascendiendo por el sendero… pero había que ir muy atentos porque los pastizales lo cubrían por completo, al mínimos descuido lo perdíamos… pero dimos unos pasitos hacia atrás y lo retomamos… por momentos mirábamos hacia arriba y parecía imposible avanzar con facilidad por esa montaña… cuando llegamos a los 3250 msnm más o menos nos desviamos del sendero, intentamos retomar el track de Fer, pero no, estaba muy empinada la ladera hacia la izquierda… así que no quedaba otra opción que seguir subiendo por la derecha… nos topamos con una Vega y allí había un puentecito de piedra, otra vez retomamos el sendero… Edgar avanzó un poco más rápido y enseguida estaba en la entrada del puesto… pensé que me hacía una broma… increíblemente llegamos a los 3300 sin esfuerzo… a las 11 AM pasamos por el centro del Puesto y allí estaba Don Ibáñez, saludándonos con una hermosa sonrisa… ahora sí seguía el objetivo de tratar de llegar a los 4000 msnm… Luego de pasar por una pequeña planicie continuamos subiendo… ahora sí que teníamos un gran ascenso más limpio, pero sin descanso… realmente una maravilla la vista panorámica, éramos como hormiguitas en la inmensidad de las montañas… a las 14:20 llegamos a los 4025!!! Objetivo cumplido!!!
Mientras disfrutamos de la hermosa vista empezamos a ubicar el puesto, ubicamos el sitio hasta donde llegamos la primera vez y lo áspera que fue esa ruta… pensé que podíamos ascender un poquito más, eran las 14:20 y el cielo estaba súper despejado.
Pero Edgar dijo: – “es hora de bajar”, en cuanto intenté decirle que subamos un poquito más, con el entrecejo fruncido me cortó la frase diciendo:
– Son casi 1600 mts de desnivel y hasta el puesto es bastante abrupto el descenso y ya estamos cansados, además los días son más cortos en esta época …
Realmente lo admiro, es brillante haciendo cálculos, mientras yo me embobo con la belleza del paisaje o me obsesiono con llegar lo más alto posible, él ya sabe cuántos metros descenderemos por hora y la hora exacta en que el sol se ocultará…
En esta oportunidad debo reconocer que el Muñoz me dejó temblando las piernas … llegué muy agotada y con un paso muy lento al vehículo, situación que aprovechó Edgar para transmitirme su sermón o enseñanza:
– “Lo importante de lograr el objetivo no es llegar lo más alto posible, lo más importante es llegar al punto de partida con la energía suficiente para llegar a casa sanos y salvos. Esto implica saber calcular el tiempo que te lleva el ascenso y al mismo tiempo ir pensando cuánto tardarás en el descenso para regresar al vehículo con energía y más importante aún, si es una salida en el día, con la luz natural para evitar cualquier accidente que implica esta actividad. No permitas que la ambición u obsesión por una cumbre nuble tu inteligencia y te haga cometer errores que pongan en riesgo tu vida o la de otras personas si te tienen que ir rescatar… y tampoco creas que el descenso es más fácil, tiene los mismos riesgos o quizás más aún, que el ascenso.”
Estaba tan cansada que solo lo escuché con mucha atención y con una sonrisa y un beso le dí la razón.
Estamos muy felices porque sentimos que encontramos lo que buscábamos, una ruta con menos riesgos, por lo cual, ahora es cuestión de más entrenamiento para disfrutar por más tiempo en las alturas del Muñoz.
Nadia Díaz