Estuvo formada por: Rosario Palomares, Nadia Díaz, Juan Espasadín, Sebastián Gramajo, Adrián Toledo e Ibonne Tucznio
¿Cómo les fue? Acto seguido, ¿hicieron cumbre? La pregunta del millón. La respuesta: NO. Diría que me encanta este darle más razón del ir a la montaña: PARA NADA. Y cómo medimos ese “TANTO” con el que volvimos de este viaje??? No lo sé, y no sé si en alguna montaña tuve tanto aprendizaje como en este finde. Tomo del texto que compartió Seba dos palabras: “aprendizaje colectivo”. Eso fué lo más lindo, lo colectivo, lo grupal.
Y en esos tiempos sin tiempo, mientras caminábamos, en las charlas, entre risas y pausas, y mientras íbamos conociendo la montaña,, y conociendo uno del otro, nos preguntábamos: ¿para qué subimos a la montaña?.
Y tal vez una de las razones sea por ese aprendizaje con otros, compartido. Porque ese tiempo lento habilita y posibilita ese encuentro. Es un tiempo …..intenso, diría… de infancia. De infancia por el vínculo con las cosas. Con el agua, con la tierra, con el viento, con los colores, los olores. Todo es nuevo, un algo por descubrir, por des-velar.
Y así también este finde la montaña me mostró algo así como su autoridad. Pero no una autoridad como autoritarismo, imposición. Sino esa autoridad que posibilita, autoridad que da oportunidad, autoridad que habilita otros modos y otras formas. Encuentro de lo viejo con lo nuevo, los viejos con los nuevos. Y puedo insistir y seguir preguntando: pero….¿para para que sirve ir a la montaña????. Y la respuesta sería nuevamente y rotunda….PARA NADA!!!. Para nada en un sentido material, mercantilista, materialista del término. Pensado en término de ganancia. Pero si creo que sirve para sernos cuidadosos de nosotros mismos, del mundo, del otro, para hacernos levantar la mirada de nosotros mismos y ver que hay un otro que se me parece. Como dice la Lunita Tucumana: “en algo nos parecemos” Gracias a cada uno de mis compañeros/as. Juan por tu silencio y mirada amorosa que acompaña y da calma, Adrián por tu humor que descontractura y hace más liviano el viaje. Sebastián por tu presencia firme y el saberte al lado tal cual roble. Nadia por tu sabiduría ancestral de abuela, madre, hermana que sabe y no sé ni si quiera, si sabe de dónde sabe, y Rosario, bella Rosario, gracias por esa energía joven que inundó en todo el grupo casi diría, moviendo la energía de los 6 con tu sola presencia. Y así como si nada, en la montaña siempre pasa algo. Un algo similar, pero que también es distinto. Y así también, podemos ofrecer “lo otra cosa”. En esa posibilidad que nos da, y se da, sólo en el encuentro en la montaña.
Este escrito me salió como un relato de vivencia al día siguiente que volvimos de la expedición.
Planificación de la expedición
La planificamos en 4 días. Salimos el jueves de San Miguel a las 5,30hs de la mañana. Llegamos al Tesoro (2.600 m.s.n.m. tipo 11,30 h) y empezamos a caminar a las 12 h
El primer campamento lo hicimos en el Tesoro de arriba. Ahí estuvimos a las 15 h. Son 400 m de desnivel.
Al día siguiente empezamos a caminar 8,10hs. A las 15,00 h ya estábamos en el 1er campamento. Al día siguiente decidimos hacer el segundo campamento a los 4.100 m.s.n.m. a pesar de haber planeado unos 200 m más arriba, pero como ninguno conocía el lugar decidimos quedarnos en con lo conocido y seguro. Para la cumbre nos quedaban 1.300.m de desnivel aproximadamente. Llegamos hasta los 5.100.m.s.n.m. aprox. Bajamos todos juntos. No hubo cumbre, pero hubo TANTO!!!!
Me pasan algún medidor de eso????
Ahora….tenemos un problemita!!! VOLVER AL TIPILLAS!!!!
Gracias cumpas!!!!
Ibonne Tucznio