4 y 5 de marzo de 2023
Participaron nuestros compañeros: Mariana Medjugorac, Dolores Bascary, María del Carmen Ahumada, María Cavagna, Fátima Lucero, Nazarena Pasallo, Cynthia Pérez Mac Gibbon, Silvia Lomáscolo, Ramón Nadal, Leopoldo D`Urso, Adrián Toledo, José Monmany, Sebastián Gramajo, Rubén Goñi y Rómulo Luque
Por: Rómulo Luque
Amanece en El Infiernillo, el cielo empieza a pintarse de dorado y las grandes nubes que prestarán su sombra a nuestra expedición esperan agazapadas detrás de las montañas.
Para mi esta era una salida muy importante con la AAM, era mi primer ascenso al Refugio del Bayo, todo un símbolo de la institución.
Los quince integrantes de la expedición comenzamos la caminata desde la Ruta Provincial 307 ascendiendo por la quebrada que corre con rumbo Nordeste.
Pasamos por el Puesto de Díaz donde hicimos nuestra primera parada para recuperar el aliento y reagruparnos.
Siguiendo por la quebrada llegamos hasta el Rocódromo del Negrito donde haríamos el último aprovisionamiento de agua y prepararnos para subir por el filo que divide las dos quebradas, hacia el norte la Quebrada del Barón y hacia el sur, la que la vamos encarar nosotros y subir rumbo este hacia los 4 350 msnm del Refugio del Bayo.
Al salir de la quebrada tuvimos unos minutos de una suave llovizna con algo de garrotillo que nos refrescó antes del agotador repecho que teníamos por delante. Llegamos todos, cansados pero felices de estar los 15, en este nuestro lugar en la montaña.
Cuando se llega al Refugio, lo primero que se hace es verificar su estado y ponernos a limpiar lo que esté sucio, habíamos llevado elementos de limpieza para ello. Otros compañeros, con el pico y la pala que se subió, se dispusieron a encarar la tarea que estaba prevista, que consistía en hacer una zanja en la entrada para evitar la entrada de agua, ya que la pendiente no favorece el escurrimiento hacia afuera
El Refugio del Bayo es un símbolo para la AAM porque es un lugar de encuentro para todos los amantes de la montaña, y emociona leer en el Cuaderno de Bitácora, donde aparte de los montañistas, dejan su testimonio los campeadores, los Bomberos Voluntarios de Tafí del Valle, a todos ellos, les agradecemos sus palabras.
Este resultado, es producto de una construcción colectiva, donde muchos socios fueron dejando su granito de arena para ponerlo en estas condiciones, y de la que nos sentimos muy orgullosos
A pesar del embotamiento y el dolor de cabeza por los efectos de la altitud, pasé en el refugio hermosos momentos de camaradería, compartiendo merienda/cena al calor de debates existenciales entre los miembros del equipo.
Al día siguiente nos acompañó el buen tiempo y decidimos bajar por la vega donde se encuentran los restos del avión estrellado en el año 1971, en la Quebrada del Barón, para luego retomar el mismo camino del día anterior y terminar celebrando una jornada más a plena montaña con la AAM