Por nuestros compañeros: Ile Muñoz y Wálter Acevedo
Relato: Ile Muñoz
Fotografías y videos: Wálter Acevedo
Este relato comenzó a escribirse un 24 de noviembre. Creo que muchas salidas de los montañistas nacen de este modo… ¿qué hiciste este finde?, ¿alguna montaña?, ¿te fuiste a algún lugar? etc.
Yo tenía muchas ganas de ir al Tuzgle, pero… salió lo que tenía que salir… un recorrido majestuoso, inspirado en la creación, un lugar con diversidad y también con un clima que pasaba de vientos fuertes, nubosidad variable a truenos, lluvias aisladas, goteras y por las noches, garrotillo, agua, viento y relámpagos…. Amanecíamos en la carpa con hielo. Como si todo fuera una conjunción de la naturaleza para regalarnos lo que sería nuestra travesía al lugar indicado. En lo personal, mis retinas conservan aquel lugar, que por primera vez visitaba, sorprendiéndome todo; porque todos los espacios que miraba, se guardaron en mi mente.
¡Toda buena travesía comienza con un SI!, y cuando solo lo piensas, ya Tenes todo listo para salir… así que con la invitación de un gran compañero de cordada, comenzamos los preparativos, por supuesto que teníamos que ver tema comida, carpa, traslado, los días que allí estaríamos, lo que teníamos en el haber y lo que nos faltaba; pero en este aspecto, debo admitir que complementamos muy bien con Walter, preparé la comida de marcha, y algunas frutas; Walter llevó comida para los otros momentos (cena, desayuno, merienda). Ambos llevamos 5 litros de agua, porque debíamos prever, lo necesario. Sin embargo, aprendimos que las dos vegas que tenemos a disposición durante el recorrido, siempre se encuentran con agua. O al menos, luego de haber realizado el camino varias veces y en diversas oportunidades y estaciones, llegamos a la conclusión de que AGUA sí tenemos durante el camino. Este tema que siempre se habla, que puede presentar distintas aristas, nosotros lo resolvimos, llevando el agua necesaria. Luego para el recorrido de vuelta, ¡¡¡¡ya sabíamos que la primera vega que cruzamos, tiene agua!
Salimos de viaje hacia esas cumbres un día domingo 30 de noviembre, a horas 6.45 a 7.00 am; aproximadamente estuvimos en infiernillo a las 9.00 am y comenzamos a prepara las cosas para el ascenso. El clima por los días previos nos daba algo de lluvia y nubosidad variable, temperaturas que oscilaban los 16 grados durante el día y a la noche 5-7 grados… realmente tuvimos un clima maravilloso durante los días, nublado que nos permitían caminar tranquilos, unas goteras aisladas, y las nubes que venías sobre nosotros por momentos. En la cumbre estuvo un poco más inestable.
Tuvimos un recorrido, que comenzó por la ruta de las 4 x 4, y que, hasta primera vega, estuvo muy placentero, salvo por el peso de nuestras mochilas. Costó bastante en realidad; intuyo que todo fue el esfuerzo por el logro venidero. Tuvimos un desnivel positivo de +/- 1800, nosotros teníamos como objetivo, acampar en la segunda vega o base del Co. Isabel, para que al otro día pudiéramos iniciar el camino a las cumbres. Llegamos a acampar, al llegar al punto de máximo ascenso antes de las lagunas; desde donde estábamos podíamos observar, el conjunto de lagunas secas que rodeaban a la LAGUNA HUACA HUASI. También mirábamos nuestro objetivo… pero el habernos quedado allí, por el agotamiento que sentíamos, no nos impidió querer, pensar y saber que al otro día tendríamos la oportunidad de lograr nuestro objetivo. Por lo tanto, armamos campamento, una vez plantada la carpa, ya pudimos disfrutar de aquello que nos regalaba la naturaleza, y la convivencia.
Porque sabemos que lo que guardamos en nuestro corazón, es el tesoro de lo que nos llevamos por los caminos andados. Con Walter, creo que charlamos 10 minutos, jajajajaja, y del cansancio extremo… me dormí. Eso, que le comentaba a mi compañero y amigo… que yo no dormía comúnmente en mi casa… pero lo que hace la montaña en altura es superior a mí. Creo que después de 10 hs. me desperté.
Para resumir de alguna manera TODO lo compartido, les pediré que imaginen lo bueno que tiene esto de llegar, acampar, charlar, comer, compartir y dormir… son momentos que hacen posible sonreír, y no olvidar que las pequeñas cosas hacen grandes recuerdos de montañas especiales.
Al otro día, nos levantamos tempranito, desayunamos. Ya podíamos comer mejor y más tranquilos. A la noche anterior no habíamos comido nada. Solo hidratarnos para saber que estaríamos bien. Nos costó un poco el tema de la puna. Pero lo manejamos bastante bien. Partimos a nuestro cerro objetivo a las 7.00 am aproximadamente, del día LUNES y creemos que recorrimos desde el campamento base, unos 2.5 km pasando por el conjunto de lagunas, la laguna HUACA HUASI, hasta llegar a la vega de la base del cerro. Una pequeña parada técnica y comenzamos el ascenso. Ya nos sentíamos renovamos y aliviados por el peso de nuestras mochilas.
Fue un ascenso excelente, algo así como decir que, fue el campamento exacto, el lugar indicado, el cuerpo con el desgaste justo, y todo salió majestuoso, cuando Walter pudo ver y llegar a la APACHETA de la cumbre del Cerro Isabel… a los pocos metros estaba llegando yo… y mi compañero, me esperaba con un video y con la alegría de haber LOGRADO, lo que tanto nos dejó de enseñanza y de alegría. Propuesto está en nuestros corazones, saber que SIEMPRE SE PUEDE, CUANDO SE QUIERE.
Esa noche, luego de volver a la carpa, tuvimos el cielo, que estrella el alma, ese cielo que siempre quieres ver. Por decirlo de un modo común, ya teníamos hambre, hablábamos de todo lo vivido, nos disponíamos a prepararnos para volver… pero aún nuestro corazón quería permanecer allí… son cosas que suceden cuando te das cuenta que allí es donde TE GUSTA ESTAR… Días de semana, donde quizás muy pocas personas suben, ¡UN LUNES! Nos decíamos con Walter: ¡mira alrededor, no hay nadie, estamos solos, completamente solos!
Ya era día MARTES, y debíamos volver, así que preparamos todo, desarmamos campamento, aprestamos nuestras mochilas y seguramente ya no pesaban tanto… iniciamos el regreso y cuestión de 3 horas y 30 minutos aproximadamente, visualizamos, los campos que están sembrado de papas, visualizamos el Muñoz, el valle de Tafí, tapado con el colchón de nubes, el cielo entre celeste brillante y nubes aisladas. Pero aún nos faltaba la última sorpresa… bajando por el recorrido de las 4 x 4, donde hay piedras rosas, grandes, y es muy empedrado en esta zona el recorrido, veníamos hablando con Walter, si aún el camino era transitado por las camionetas 4 x 4 y hasta donde llegarían. De repente siento un ruido fuerte, pensábamos ambos que era un avión, pues le digo a Walter que es eso… y vaya sorpresa hermosa que tenemos, UNA CAMIONETA 4 X 4 SUBIENDO POR EL LEGENDARIO CAMINO DE LAS 4 X 4. Una corta charla con los muchachos que iban camino al NEGRITO, para reparar la antena, que producto de la tormenta de la noche anterior había sido destruida. Nosotros estábamos sorprendidos, pero maravillados, fue un viaje ESTUPENDO.
NO SABEMOS DE LO QUE SOMOS CAPACES, HASTA QUE LO HACEMOS. Y nos sentimos CONQUISTADORES DE LO INUTIL (tremendamente verdad, cuando la verdad es la elección), cuando nos damos cuenta de que somos NADA ANTE LA CREACION.
