El Ñuñorco

Salida al Ñuñorco del 10 de Junio de 2018

Después de los procesos de sube y baja, quedamos 12 compañeros. Ésta salida estaba programada para los nuevos compañeros, es decir para los compañeros del CIM 2018. En lo personal, tenía ese condimento de participar con compañeros con los que no había salido a la montaña.

También era importante porque por primera vez iba a la montaña guiado por Ariel Ponce, que es de los compañeros nuevos que se están formando en esta responsabilidad.

El Ñuñorco es una montaña que ya la hice en otras oportunidades, pero también es la primera a la que no pude llegar de todas las que había hecho desde que comencé a hacer montaña. En esta oportunidad el día se nos presentaba diáfano, y lo más importante pronosticaba que no iba a haber viento, cosa muy importante para esa altura de 3.300 metros.

Fue muy bueno compartir con los compañeros nuevos esta experiencia, sentir toda la expectativa que tenían y las preguntas que se hacían, ya que después del CIM, era la primera montaña que hacían y les quedaba las dudas de su desempeño. Todos muy responsables, con los elementos necesarios de ropa, calzado, comida, linterna y agua, para emprender una jornada larga de casi 12 horas (al final fueron 11 horas y media)

Esta es una montaña que desde el principio regala un paisaje único. Apenas se sube unos metros comienza a aparecer El Mollar y enseguida el Lago que se forma por el Dique La Angostura. En la medida que se asciende a nuestras espaldas aparece todo el valle de Tafí, las Sierras de Mala-Mala, el Pabellón, el Abra del Infiernillo, la Cadena del Muñoz y por supuesto toda la Loma Pelada.

El desarrollo de la subida, estuvo muy normal hasta superar las antenas y un poco más, luego una de las compañeras, tuvo algunos inconvenientes por la altura, que los pudo superar parcialmente.

Llegamos los 12 a la cumbre, muy felices por haber logrado el objetivo y disfrutar de todo ese paisaje maravilloso, que la mayoría de las veces, en esta montaña no es posible por las nubes que lo tapan más abajo.

Los últimos tramos del descenso lo hicimos de noche, ya que obscurece temprano, pero con las linternas frontales encaramos la senda que está bien marcada y llegamos a los autos con la gran satisfacción de haber realizado una jornada más de plena montaña y con las ganas intactas de poder encarar nuevos desafíos