Salida a La Ciénaga de socios egresados CIM 2019 con dos amigas, 1-2 de junio 2019

VOLVER

           El sábado, después de dos semanas de haber concluido el Curso de Iniciación a la Montaña, decidimos con Luis Gómez, volver a la salida más linda: La Ciénaga.

           No puedo negarlo: otra vez me agarraron miedos, dudas… muchos ligados a las dificultades que tuve en esa salida hace ya dos meses. Pero como dicen: hay que superar esa media hora oscura y simplemente armar la mochila. Eso hice y que bueno que partimos..

         Salimos con sol y la montaña se iluminaba, imponente, asintiendo a nuestro primer regreso independiente, casi como guías, de dos amigas más. La subida fue dificultosa, pero el grupo iba junto en cada paso de la senda y la cabeza ya se proyectaba en el valle… verde, infinito, deslumbrante, son algunas de las palabras que le repetía a una de las chicas en las subidas para darle ánimos, como prometiendo un fragmento de paraíso terrenal que, increíblemente, está a la vuelta de tu casa.

        La memoria sensorial no falla y allí llegamos, con más charlas que se detuvieron cuando vislumbramos la casita blanca con la bandera que nos recuerda que esa fortuna es nuestra. Llegamos al albergue, Hilda trajo pan, mateamos felices. Entrada la noche cenamos un tremendo guiso y nos mandamos a dormir.

        El sol y los paisajes imposibles volvieron al día siguiente para acompañar las mandarinas al sol y un tranquilo regreso que incluyeron descansos de cara a los rayos. Las comparaciones con recuerdos son difusas y muchas veces tramposas. Pero con Luis no podíamos evitar remitirnos a la salida del curso: a los momentos de dolor intenso en los hombros al volver, a las ganas de tele transportarnos a los autos y no mirar atrás… mucho tiempo pasó y muchas cosas para que este domingo quisiéramos bajar de cara a la montaña sonriendo, y ella como siempre susurró lo que necesitábamos oír, cerrando con un: volver.

 MARÍA PAZ FOURMANTÍN