Llegó la iluminación al Campamento del Técnico de Las Mesadas, el 18 de junio de 2019

SE CUMPLIÓ EL GRAN SUEÑO

           Las Mesadas, en lo personal, es un sueño de 60 años. Si, hace 60 años que empecé a escuchar y a vivir a Las Mesadas. Si, era mi primer año en el Técnico y tenía compañeros que ya iban y me contaban las historias de allí. Las vivía, como si hubiese ido. Hasta que egresé del Técnico seguí viviendo por terceros sus historias. Después por los que crearon la Fundación Parque de Los Alisos y que dieron lugar a la creación del Parque. Y fundamentalmente lo viví al campamento desde el momento que entró mi hijo al Técnico, él comenzó a ir desde 1º año, y varios años después de haber egresado, lo que me permitió mantener viva esa llama. Recién fui por primera vez en el año 1999 cuando se cumplieron 50 años de su creación.

         Pasaron los años y por esas cosas, apareció en mi vida la AAM y ahí cambió la perspectiva de cómo miraba a Las Mesadas, empecé a hacer montaña y a seguir soñando con ir allí, pero ya de otra manera totalmente distinta, no como turista, si no como montañista. Ese sueño solo era posible estando en el club. Y lo cumplí, tenía como meta que a Las Mesadas cuando vaya como montañista lo tenía que hacer con mi hijo y con la mochila, y nada desde Los Chorizos, desde Santa Rosa. Llegar así, no me lo olvido jamás, fue un abrazo interminable con mi hijo, plagado de historias y recuerdos imborrables que se unían en ese instante, que solamente pude desahogarlo en el grito que saben mis compañeros, que siempre lo he dicho cuando he llegado a una cumbre por primera vez, que surge de mis entrañas. ¡VAMOS CARAJO, LA PUTA MADRE QUE LO PARIÓ!. Esto no es contra nadie, sino contra mis limitaciones, contra mis limitaciones que he podido vencer para llegar hasta allí.

        Después transcurrió el tiempo y apareció como socio de la AAM, Facundo Arismendi, ya egresado del Técnico, con experiencia en el campamento. Encontré en él un compañero de Las Mesadas y empezamos a hablar de lo que él pensaba que se podía hacer para mejorarlo. Hablamos con Nicolás, Presidente de la AAM, que enseguida vio la posibilidad de explorar un trabajo conjunto para el futuro de los estudiantes del Técnico y para el futuro de la Asociación.

       No sin dificultades empezamos a recorrer este camino, que hoy se hizo luz. Y ahí sí quiero destacar el encomiable trabajo de Facundo Arismendi, fue el eslabón que con su trabajo hormiga empezó a soldar esta relación que hoy es fluida y está logrando estos éxitos. Facundo fue el que hizo el trabajo de convencimiento, conociendo la idiosincrasia de los chicos y sabiendo los nobles objetivos que perseguía la Asociación de aceitar estos vínculos.

     Son muchas las cosas que se han logrado. Pero hoy me quiero referir a la instalación de los Paneles Solares. Esto que cuando se planteó parecía un imposible hoy es una realidad palpable.

     La Asociación llevó adelante la gestión, una vez que los encargados del Campamento el año pasado estuvieron de acuerdo, y hoy se completó con los nuevos encargados. Fueron momentos de dificultad, pero que la AAM, los fue sorteando uno a uno para despejar este camino que ha llevado a este logro.

     El trabajo conjunto con los chicos fue fundamental, como uno de los ejemplos de ello, les cuento. En el último escalón del camino cuando había que tomar la decisión de que el conjunto de los 2 paneles no se los podía llevar con los animales de carga, porque no había los elementos de seguridad necesario, y aparte no se podía llevar con los animales el caño de la acometida. Uno de los chicos, Gonzalo Arias, se puso al hombro, como mochila, a los paneles. Este conjunto medía 1,5 m x 1,5 m y pesaba 25 kg.  y otro de los chicos, Daniel Padilla, con un caño de 2” de 2,5 m de unos 10 kg. lo llevaba en la mano. Así, cuesta arriba 6 km, desde Los Chorizos, mostrando su profunda convicción de que lo teníamos que hacer.

      Cómo no sentir emoción cuando a las 19 y 30 del 18 de junio de 2019, el campamento de Las Mesadas, del Técnico tenía luz.

      Cómo no sentir la presencia de tantos que hicieron grande el montañismo en Tucumán, y que salieron de este lugar, que casualmente se creó para ir a los Nevados, para ir a La Ciudacita. Que este fue el templo que dio lugar al Parque Nacional Campo de Los Alisos y hoy al Parque Nacional Aconquija. Cómo no sentir emoción que nuestro club con su presencia aquí, hace honor a sus principios, que ha creado una corriente que nos une a lo mejor del montañismo amateur de Tucumán, que nos hace sentir que cumplimos una función social que va más allá de nuestras fronteras, que nos hace trascender y que nos hace Honrar la Vida.

     Hoy a los 71 años no tengo más que felicidad, una felicidad inmensa de haber sido partícipe de este logro, de pertenecer a este Club, de saber que puedo seguir soñando que todavía me queda algo más para hacer y que ese hacer es posible. De las dificultades, bah, de las dificultades ni me acuerdo. Solo me acuerdo que es posible, que algunas utopías se pueden cumplir, que el trabajo colectivo es el mejor trabajo, que no hay mejor resultado que compartir con otros el esfuerzo, que eso, eso, me llena de felicidad.

Rubén Goñi