El sábado 20 de julio arribamos por la mañana a la entrada del Parque Nacional Aconquija – Portal Campo de los Alisos. Luego de visitar las instalaciones del Centro Operativo Santa Rosa donde nos recibió el personal del parque, continuamos en vehículos hasta el Puesto Los Chorizos. Desde allí inició la caminata, alrededor del mediodía, a través de un bosque denso y húmedo.
Atravesamos dos veces un río y recorrimos senderos barrosos. No se percibió el sol durante el paseo, debido a la abundante vegetación que lo bloqueaba. Fue un día cálido, inusual para ser julio, lo que hizo la caminata más amena.
Después de tres horas de caminata llegamos a La Mesada. Un rato después estábamos compartiendo mates y tortillas ofladas con un vino rosado.
A la noche cenamos un exquisito asado y charlamos acompañados por el fuego de la chimenea.
Experimentamos cómo el retiro y el sosiego de la montaña favorece el
compañerismo. Aquí los desconocidos pueden fácilmente reconocerse en el otro,
conectar, compartir risas, reflexiones y anécdotas. Más allá de las
diferencias, reforzamos nuestras similitudes y nos reconocemos compañeros
porque, de entre todos los lugares, hoy elegimos estar aquí. Sin importar
cuánto haya que madrugar o caminar, anhelamos ir a la montaña.
El día domingo, luego del desayuno, un grupo fue a Piedra Mortero. A su retorno almorzamos y emprendimos el regreso. La mitad del grupo regresó por el albergue del Técnico y la otra mitad volvió deshaciendo el camino del día anterior. Finalmente nos reunimos en el Puesto Los Chorizos para iniciar el viaje a casa.
Al volver a la ciudad queda la sensación de que el fin de semana duró más que 48hs, que cada minuto fue aprovechado y disfrutado al máximo. Que es inverosímil que un lugar tan majestuoso se encuentre tan cerca.
Paula Cavanna