INVERNAL AL PISSIS

MÁS CERCA DE CASA

Día 12 de agosto de 2019 Décimo parte.

Por Glauco Muratti

A las 17.23 llegó el parte satelital diario enviado por Ulises Kusnezov y Arkaitz Ibarra confirmando que se encuentran acampados en las ruinas del antiguo yacimiento cuprífero Mina Los Aparejos, a unos 4.240 m.

Por primera vez en esta travesía han encontrado algo que los repare del viento, las paredes sin techo de la vieja explotación, piedra y adobe. Para ellos es extraordinario, tal vez hayan podido hacer un fuego con raíces secas. Además, tienen agua, relativamente potable.

Durante el día traspusieron un cordón montañoso, el Filo Negro. Ascendieron desde los 4.100 m donde habían acampado ayer a los 4.900 m para bajar hacia la laguna Los Aparejos.

Creemos que no han seguido la larga huella de vehículos del Balcón del Pissis y en cambio han tomado altura a campo traviesa por enormes abanicos aluviales.

Evidentemente están empeñados en concluir la travesía con la ética que se plantearon desde el comienzo: aún donde se puede recurrir a vehículos de tracción integral han optado por caminar. Por propios medios, en invierno, con los graves problemas de agua potable y grandes distancias que presenta la zona.

Son habituales las noticias sobre altas montañas domesticadas con enormes campamentos base, cuerdas fijas, escaleras de aluminio, oxigeno, sherpas, cocineros. Esos ascensos jamás se concretarían, si la industria turística no dejara de proveer las comodidades que los delicados turistas necesitan, para mantener la motivación.

El montañismo no es subir a cualquier costo, al contrario, llegar a una cima es secundario. Por eso suele ser incomprendido. ¿Por qué no ir en verano? ¿Qué ganan caminando tanto? ¿Cuál es la razón de padecer frío, sed, hambre? ¿No es mejor contratar un guía?

La excursión de Ulises y Arkaitz parece representar a la perfección el espíritu del montañismo. Modelar y diseñar su pequeña “obra de arte”, dónde, desde qué lugar, con qué equipo, con cuáles reglas