Refugio del Bayo 28-29 de septiembre 2019

Reiterando nuestro compromiso

Entre el sábado 28 y el domingo 29 fuimos con Adrián Domínguez al Refugio del Bayo. El sábado 28 nos acompañó Juan Espasadín, que llevaba unos 8 kilos de cemento. Él había salido como una hora después que nosotros y me alcanzó al final de la morrena, como verán venía a muy buen ritmo, aunque alcanzarme a mí, no le suma puntos. Juan regresó después de almorzar con nosotros, como a las 14 horas

    Una vez más la Asociación sigue apostando a sostener este Refugio. Es impresionante ver las bolsitas de cemento que han ido dejando los compañeros en estas visitas que hicieron en estos 2 meses, desde que hicimos la última reparación. Ese compromiso de la AAM, está representado en esos pequeños testimonios y en todo lo que hacemos y sentimos por este lugar.

    En esta ocasión correspondió hacer una revisión de cómo estaban los trabajos realizados y si no había habido quiebres en la apretada que se rehízo, y a completar los tensores, poniendo los 4 que faltaban en las dos vigas que dan al sur, ya que las que habíamos asegurado eran las del norte que soportan la mayoría de los vientos que soplan ahí arriba. Por suerte como ya habían podido observar los compañeros anteriormente, todo estaba bastante bien. Los trabajos que se hicieron en esta visita, estuvieron a cargo de Adrián, lo único que hice fue colaborar. Se cambió uno de los tensores puestos anteriormente, porque se había aflojado por un deterioro de la rosca y quisimos asegurarnos. Reajustamos los tensores del hierro de afuera, y le dimos una nueva solución a la abrazadera del panel, ya vimos que la abrazadera del caño que lo sostiene queda un poco grande, en la próxima visita le daremos la solución definitiva. El domingo, Adrián zarandeó arena, cerca de una bolsa y emprendimos el regreso , trayendo una bolsa con nuestra basura y con lo que encontramos afuera del Refugio, que se ve que dejó gente que pasó por allí.

    Un episodio de lo más interesante que nos pasó en esta visita fue el sábado por la tarde, después que se fue Juan. Nos habíamos tirado con Adrián, un poco a descansar, cuando escuchamos voces y un golpe que nos despertó súbitamente. Cuando salimos eran 3 baqueanos, montados a caballo. Hicimos los saludos de rigor con las presentaciones correspondientes y nos pusimos a interactuar con ellos. Del resultado de esta conversación, cuyo propósito principal por parte nuestra en esta ocasión, es la necesidad de preservar el Refugio, con una utilización racional del mismo, tanto para el uso que le pudieran dar ellos y como de los montañistas y la necesidad que tenemos de que sean nuestros aliados en la conservación del mismo, tomamos sus datos, nombres, dirección y teléfono, también les pasamos los nuestros y el nombre de la Asociación, para establecer contacto y realizar futuras visitas para conversar de los otros temas que nos interesa. En esta conversación surgió un sinnúmero de cosas que compartimos en cuanto a conocimiento del lugar que nos ha ido dando estos años en la montaña, como que son familia de la gente del Takellar, que hacen la peregrinación del Rodeo a San José (cosa que alguna vez nos planteamos hacer), ellos nos sugerían hacer la ida al Pabellón desde el Refugio (cosa que hicieron los compañeros recientemente), y también nos comentaron las veces que tuvieron que salir a buscar a enduristas perdidos en la montaña, salvándoles la vida, algo que no mencionan, o si lo hacen, no en el mismo modo como ellos exponen sus “colaboraciones”.

Como siempre ir nuevamente al Refugio reitera nuestro compromiso y nos plantea nuevos desafíos, porque si hay algo que queda claro es que sin nosotros este Refugio no existe y volvería nuevamente a la situación de abandono en el que se encontraba.

Rubén Goñi