El proyecto del ir al Negrito surgió el 29 de Diciembre 2019 cuando Liliana me sugirió que cree un un grupo de WhatsApp, para aquellos que quieran sumarse.
Así lo hice en ese mismo instante. Iba a cumplir 50 años y quería celebrarlo de esta manera junto a la montaña y a gente que como yo, amamos y respetamos estas inmensidades. En poco tiempo se sumaron Claudia Arcuri , Alberto Melgratti y Mario Acevedo. Además fueron parte del grupo los amigos Mara Bórquez y Víctor Hugo Salvatierra, quienes se integrarán muy pronto a la Asociación y compartirán el CIM de este año.
Partimos de la terminal de Ómnibus a las 6:30 y llegamos a las 9:30 hs para comenzar nuestro ascenso al Bayo. Hicimos una primera parada en un sector pasando el puesto de Díaz. Veníamos bien de ánimo y el camino se nos hacía más fácil porque el sol que nos había acompañado durante toda la mañana ahora era intermitente y el viento fresco. Luego hicimos otra parada luego de subir varios metros más pero esta vez por un sector sumamente escarpado.
Estábamos ya a casi 3600 metros de altura. En ese momento, Claudia manifestó que no se sentía bien. Habíamos elegido un camino muy directo apuntando a la Pantalla que se ve desde muy lejos. El esfuerzo físico era importante. Charlamos unos instantes y decidimos continuar con la guía de Alberto que ya conocía el Refugio. Mario acompañó a Claudia a la base con la idea de que nos viéramos al otro día en el Infiernillo.
Así seguimos los cuatro restantes para llegar exitosamente al Refugio aún con luz de día a horas 18:15. Estábamos muy cansados pero felices. Las rocas habían significado un gran esfuerzo pero el grupo contaba con enormes capacidades físicas y pudimos llegar. Todos habíamos entrenado para esto sabiendo que iba a ser duro.
Como no sabíamos dónde estaba la garrafa con el anafe, me arrimé a la Pantalla, que hace de antena pasiva, y me comuniqué por el celular con Rubén, que me dio las indicaciones correspondientes. Luego de calentar agua y ya con la noche cayendo compartimos nuestros alimentos y tomamos tés y mates calientes.
Charlando hasta dormirnos preparamos la segunda jornada rumbo al Negrito. Partimos a las 7: 00 AM y llegamos a Negrito después de tres horas de caminata. Permanecimos ahí una media hora. Todos habíamos estado ya en El Negrito. Para mí era la quinta vez. Sin embargo era la primera vez que la hacíamos desde nuestro querido Refugio.
Disfrutamos de las hermosas vistas y comenzamos nuestro descenso. A las 12 en punto paramos a almorzar en la curva de las vegas. Fue una hora más de compartir con un grupo con muchas cosas en común: sobre todo el amor y el respeto por la naturaleza. A horas 13 continuamos con el descenso hasta llegar al Infiernillo alrededor de las 4 de la tarde.
Allí nos encontramos con Mario y Claudia que habían subido tranquilos hasta el sector de la primera antena por el camino de las 4×4. Fue una gran alegría estar todos juntos una vez más. Compartimos mates y el rico pan preparado por los puesteros del lugar. Claudia y Mario nos contaron que pese a tener que bajar tuvieron muy lindas experiencias charlando y compartiendo con la gente del lugar.
Durmieron en uno de los recovecos de los puestos de venta acompañados por los perros del lugar que a cambio de un poco de jamón se habían convertido en fieles guardianes. El colectivo llegaría a las 5. Había mucho tráfico y después de casi cuatro horas llegamos a la terminal de ómnibus donde nos esperaba una última etapa de compañerismo.
Allí en el patio de comida compartimos unas pizzas y cervezas y brindamos por un par de días exitosos junto a gente maravillosa.
Gracias a la Asociación y esperamos poder repetir muchas experiencias como esta.
José María Cuezzo