Como parte del entrenamiento, nuestros compañeros Ana Bellomio, Ibone Tucznio, Liliana Barba, María del Carmen Ahumada y José Lazarte, fueron a la senda de Mundo Nuevo
Un 28 de agosto de 2019 tímidamente me presentaba, por vez primera, ante una congregación de montañistas hasta entonces desconocidos. Aquella noche presencié una charla dada por Claudia Arcuri, escuché el relato de una expedición llevada a cabo por un tal Adrián Domínguez, conocí a un muchacho llamado Ulises y escuché el testimonio de una Joven que se había emocionado hasta las lágrimas al llegar a la cumbre del cerro Ñuñorco. Todos ellos compartían el mismo sentir hacia esa actividad tan apasionante que es el montañismo; aquella noche apenas vislumbraba cuanto quería comprender aquel sentimiento.
Pregunté por donde debía comenzar, a lo que me respondieron, – Este fin de semana entrenamos en Mundo Nuevo, es una salida sencilla, deberías sumarte-. Fue aquel mi primer acercamiento a la montaña como socio de la AAM, para luego incursionar en ascensos a “tresmiles” y luego a los cuatro mil metros sobre el nivel del mar.
Diez meses después, todo vuelve a comenzar…
El anhelo de volver a descubrir parajes estáticos y a su vez llenos de vida, luego de algunos meses de inactividad obligatoria, me trajeron nuevamente a mi primera salida. Comenzar desde cero. Si bien tras meses de inactividad, pensar en todas aquellas metas pospuestas puede resultar agobiante es hora de mezclar y repartir nuevamente.
Los conquistadores de lo inútil volveremos a abrazarnos en lo alto, iniciaremos nuevamente nuestro ascenso hasta cumbres aparentemente inalcanzables y reiniciaremos aquella esperanza de encontrar aquel sentimiento inefable que tanto añoramos con cada paso que damos en las montañas.
José M. Lazarte