Si, lo soñé. El Negrito en el dia, 4 de julio de 2020

Expedición realizada por nuestros compañeros: Ana Bellomio, Ibonne Tucznio, Cynthia Pérez Mc. Gibbon, Sandra Herrmann, Juan Espasadín y Adrián Domínguez

Si lo soñé…..Mamá vamos al Pabellón el finde que viene. La Cachorra, mi hija Ana de 16 años, a full después de la primera salida al Bayo. Por su cuenta lo habla al Sr Presidente de la Asociación para armar grupo. De eso queda….ni un paso atrás! Yo agrego que si hacemos un paso atrás es para retomar el empujón para seguir andando, caminando. Decido llamar a Juan, de forma modesta, porque sé que están entrenándose a full. Mi pedido fue: -Juan, vamos al Negrito el finde, en el día con el grupo(power). ¡Si me aceptan, obvio! Bien consciente de las diferencias en el rendimiento.

    Entre una cosa y otra el sábado a las 4 de la mañana buscábamos con Ana, a Cynthia Pérez Mac-Gibbon de su casa. Y de ahí nos encontraríamos con Juan Domínguez, Juan Espasadín y Sandra Herrmann en la Refinor de San Pablo para ir a nuestra ansiada salida. Era la primera vez que Ana iba a subir al Negrito, y en el día. Todo podía pasar.

    Confiando en su fuerza, en sus ganas, en su deseo y también por como la había visto subir el finde anterior al Bayo es que me animé a decirle: ¡vamos que si puedes! Estuvimos a las 6, 40 hs en el Infiernillo, acomodamos las mochilas. Una luna bellísima nos acompañaba, y el: “le canto porque ella sabe de mi largo caminar” cobraba otro sentido, se transformaba en vivencia. 7am en punto ¡Con linternas todos!!!  Ja

Pasó un largo rato hasta que entramos en calor. Los 3° que marcaba el termómetro del auto se hacía sentir, al igual que el buen humor. Comenzaron a asomarse los primeros rayitos del sol, y así también cada lugar comenzó a cobrar vida cada lugar por el que iba pasando.

    La primera vez que subí al Negrito fue con el CIM el año pasado, por lo que los recuerdos están muy frescos. Y en más de un lugar aparecieron oleadas de recuerdos. El paisaje por más que sea el mismo, nunca es igual. Seguimos andando, bastante bien. Viendo donde parar, entre risas, cantos, compartir colaciones. Sandri no se encontraba muy bien. Decide quedarse a esperarnos hasta que subamos a la cumbre.

    Ana en un momento me dice….mamá: llego? Claro!!! Y me viene el pan queso de Uli, mas mis indicaciones de respiración y otras yerbas. Y así llegamos a la cumbre a las 13,30 hs. Inmensa felicidad!!! Con un viento que nos volteaba. “escuchá como canta el viento!” dice Ana. Según Adrián era de unos 60, 70 km/h, al punto que la foto de cumbre la hicimos adentro del refugio. Cynthia llegó media hora antes. Nos esperó. Firmamos en el libro de bitácora, bajamos. Estuvimos no más de 10 minutos arriba. Ahí también me invadieron de hermosos recuerdos del CIM. ¡Nunca la misma montaña!!!

   La bajada la tratamos de hacer los más rápido que pudimos. Sandri nos estaba esperando. Comimos con ella. El viento disminuyó un poco, pero nos siguió acompañando, mientras tarareábamos: “viento, dile a la lluvia que quiero volar y volar……” al final hicimos algunas cortadas, muy contentos de la hermosa salida. A las 17 hs estuvimos en los autos.

    Y esa canción que tarareábamos al principio con mi hija…..no lo soñé!!!! Yo cambio y digo: si lo soñé!!!! ¡Y así fue! ¡Se dio!  ¡Hermosa salida con este grupo de estos 4 grandes!!!! Felices los 6!!!!

Ibonne Tuczio