La Laguna del Tesoro, 28 al 29 de mayo 2022

Por nuestros compañeros: Marino Marchesi, Julieta Galván, Nadia Díaz, Noelia Lescano, Edgardo Andrade, Agustina Remedi, Paula Cavana, Facundo Arismendi y Cecilia Monmany

    Comencé a hacerme ilusión de esta salida cuando Rubén semanas antes, en el Taficillo https://aamtuc.org/2022/05/18/el-taficillo-1-876-msnm-mi-primera-salida-como-miembro-de-la-aam-14-de-mayo-de-2022/, me dijo “anda preparándote porque posiblemente sale un programa a Pajas Amarillas o Laguna del Tesoro”. La Laguna del Tesoro es un lugar que quería conocer desde mi niñez ya que mi abuelo Juan (abuelo paterno) nos contaba desde nuestra infancia historias del lugar. Con el paso del tiempo se volvió un destino atractivo para poder unir las historias con el paisaje.

    Es así que bien se armó el grupo, me uní y me organicé para poder realizar esta expedición. Estaba decidida en participar. En la previa, contacté a una de las compañeras del Club, que conocía (Mariana Medjugorac) para ofrecerle que durmamos juntas en la carpa. Cuando se bajó del viaje, me dispuse a hacerlo a pesar que no conocía a nadie del grupo que se había formado. Así es que me lancé a la aventura, ofreciendo carpa, mi auto y que la intención era pasar la noche en el camping SAMAY de Cochuna, en el grupo. Este camping es de la Municipalidad de Concepción y está habilitado todo el año.

    Todo eso se hizo realidad. El viernes 27 nos embarcamos con Harry (Facundo), la Reme (Agustina) y Paula hacia el SAMAY. Allí nos estaban esperando con linternas para mostrarnos donde íbamos a dormir. El lugar impecable, las camas cómodas y un baño limpio.

    El sábado nos levantamos y nos unimos al grupo en el Puesto del Cochuna. A las 9 am comenzamos a caminar, con la conducción de Nadia. La mañana estaba nublada, fría y todos los integrantes con mucha actitud para emprender el viaje.

    El terreno estaba con barro por las lluvias previas que hubo días antes y la vegetación emanaba un verde brillante. Todo el trayecto fuimos imaginando la temperatura gélida del agua del arroyo (nos habían advertido que no había forma de evitarla). Hicimos una parada en el Puesto Zarate y lo próximo que se venía era el primer cruce del Arroyo Sonador. La primera pasada se sintió el agua helada y después ya era parte del itinerario.

    La caminata fue tranquila. Almorzamos al pie de una cascada y lo próximo era la cuesta del Desesperado. Allí pintó desesperación jajaja, hasta darnos cuenta que no era tan tremendo. Seguimos viaje y mis compañeros que ya conocían comenzaron a comentar que hacia la izquierda estaba la laguna. Claro que la teníamos que imaginar porque todo era un solo paisaje blanco por las nubes.

    Llegamos al puesto, armamos las carpas y ahí nomás, salió un mate cebado calentito. Compartimos una ronda alrededor del fuego. Por la noche, se despejó y pudimos ver un cielo estrellado, sin luna (luna nueva). Toda una obra de arte.

    Al día siguiente (domingo) nos levantamos con el entusiasmo de ordenar todo y estar a la espera del encuentro con los compañeros que venían de la travesía de los Nevados del Aconquija https://aamtuc.org/2022/06/05/travesia-nevados-del-aconquija-el-tesoro-la-ciudacita-portal-cochuna-del-24-al-29-de-mayo-de-2022/. Ese orden se dilató un poco porque el desayuno se extendió un tiempo. El compartir con personas que conocía por primera vez fue algo extraordinario ya que en realidad parecía que nos conocíamos de siempre. Rescato la importancia de dos factores predominantes la cooperación y el sentido del humor que teníamos cada uno de los que fuimos.

    Llegado el mediodía se largó a llover. A esa hora más o menos, llegaron los 12 apóstoles como se habían apodado y compartimos con mucha emoción ese encuentro de los 2 grupos de la AAM, en el puesto, no sabíamos nada de ellos desde hacía 5 días.

     Ahí no se terminaba, había que volver al Puesto del Parque en Cochuna. De vuelta, mojados y la lluvia que no cesaba, igualmente se disfrutó. Un paisaje distinto en medio del agua. A pesar de ello, volví a la ciudad con una alegría inmensa. Siempre trato de recordar que la incomodidad de la montaña, me hace valorar más lo simple, lo cotidiano en la ciudad.

Cecilia Monmany