Por nuestros compañeros: María Belén Vizcarra Páez, José Sebastián Rodríguez, Analía Rosales, María Cavagna, Ana Luz Iralagoitía, Rubén Goñi, Juan Manuel Rodríguez, Natalia Dahud, Nadía Díaz, Edgardo Andrade, Martín Villalba y Trinidad Luz Brito
El Filo de Mala Mala (Junto con los morros de la Aguada y Alto de Matadero, ubicados al Norte y Sur respectivamente de la cumbre principal) forman parte de las sierras occidentales de nuestra provincia. El filo se encuentra al este de la ciudad de Tafí del Valle, y tiene su altura mayor, de casi 3 400 msnm, que se le llama “Cumbre de Mala-Mala”.
Estacionamos los autos a 200 metros del Río de la Puerta, al final de una calle del barrio Costa 1, que es en donde comienza el track que nos pasó Rubén. Iniciamos el recorrido con la primera luz de un amanecer nublado.
Allí nos alistamos para salir, nos abrigamos y revisamos mochilas, la mía tenía exceso de peso, pues llevaba un montón de comida (entre frutas y aperitivos). Rubén sugirió que Juan Manuel lleve la mitad de mis frutas, y el compañero muy amablemente guardó mi comida que luego compartiríamos en el almuerzo.
Empezamos a ascender por el faldeo que va cerca del Puesto de Sonia Cruz. Nadia fue abriendo camino y Rubén fue cerrando el grupo.
Fuimos paralelo al río durante 4 km aproximadamente. Luego lo cruzamos y seguimos el faldeo hasta empalmar con el filo que nos conduciría a un puesto que marca la mitad de la senda y dónde se puede recargar agua. A partir de este punto, emprendimos con bravura una empinada pendiente que nos permitiría llegar al filo de las cumbres de Mala Mala. Desde allí nos quedó el último tramo hasta alcanzar el punto más alto.
La cumbre nos recibió en un mar de nubes y el viento nos obligó a refugiarnos en una galería de piedras. Almorzamos, descansamos y Edgardo nos sorprendió con el “yacón”. El yacón es un tubérculo comestible cuyo sabor es como una mezcla entre “zanahoria y pepino”. Edgar nos contaba que en la escuela donde enseña se lo cultiva y quedó en compartirnos plantines. (espero que no se olvide).
También por supuesto nos sacamos la foto de cumbre y nos deleitamos con el paisaje de las nubes a un lado y al otro de este filo
En el camino de regreso, vimos un águila Mora que nos avistaba. A partir de los 3 200 msnm vimos unas plantas que José nos contó que las nombran comúnmente como “cola de quirquincho” o “puyiyai”, usada por sus propiedades medicinales (beneficios: efectos afrodisíacos y potenciadora de la memoria). No voy a dar nombres, pero algunos dijeron que se animarían a probar ración doble, quiero creer que es para acordarse de las sendas y cumbres.
A partir de los 2 900 msnm aparecieron las Yaretas, antiguas y aguerridas plantas de altura que contrastan su verde, con el neutro e imponente color de la roca.
Caminamos entre nubes rodeados de los cerros más preciosos, hacia el noroeste el Pabellón, “una de las no cumbres de Tucumán en Tafí del Valle” (ver:https://aamtuc.org/2019/05/29/las-no-cumbres-de-tucuman-en-tafi-del-valle/ ) y al Sur, jugando a las escondidas entre las nubes el Ñuñorco (“una de las sí cumbres”).
La bajada fue directa, rápida e implicó mucha atención para evitar caídas. Nos acompañó una “nube arcoíris”
Para José y para mi fue nuestra primera caminata como socios y con compañeros de la AAM, ellos nos encantaron.
Personalmente Encontré camaradas de escuela y un fan de Hemingway, a los 3300 msnm.
Gracias a los compañeros y compañeras de caminata, por esta cumbre juntos.
Y, entonces:
“por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas; también doblan por tí.”
Trinidad Luz Brito