Expedición a El Morado 4 620 msnm 16 al 18 de septiembre de 2022

Por nuestros compañeros: José Ignacio Monmany, Sebastián Gramajo, Juan Espasadin, Mario Acevedo, María Cavagna, Silvia Lomáscolo, Rosario Palomares, Cynthia Pérez Mac-Gibbon, Ibonne Tucznio, Rubén Goñi y Nadia Díaz. Con la compañía de José (Joshela) Ávalos, miembro de la Comunidad de Amaicha

Relato: Nadia Díaz

   

El 30/08 antes del mediodía recibo el mensaje de Rubén con la invitación para ir a El Morado, la fecha en primera instancia era para el finde del 24/09, pero luego se adelantó para el 16, 17 y 18.

     Acepté con alegría y cierta incertidumbre a la vez, sabía que era un gran desafío, pero también una tremenda oportunidad para conocer y dormir en el emblemático refugio de las cumbres Calchaquíes, como lo denominó mi estimado amigo Fer Carrizo.

    Desde el Club se, contactó al Ing. Jorge Mercado, la persona que nos había ofrecido la posibilidad de usar el refugio. Se habló con el Director de la DAU (Dirección de Arquitectura y Urbanismo) de la Provincia, el Ing. Ricardo Gutiérrez y con el Cacique de la Comunidad de Amaicha, el Sr. Miguel Flores. Este refugio se terminó de construir en el año 2007, en un proyecto aprobado por el programa UNIR, (Una Nueva Iniciativa Rural), en un trabajo coordinado entre sus 3 componentes, esto es la Comunidad de Amaicha, el Gobierno de la Provincia, en este caso la DAU y la Universidad Nacional de Tucumán. Para mayor información de la historia de la construcción de este refugio, que es le mejor refugio de montaña que tenemos en la provincia, compartimos este enlace que nos lo pasó el Ing. Jorge Mercado

https://photos.app.goo.gl/73pSxFtmG0pMgpHq1

    Agradecemos a estas personas la confianza que han tenido para con nuestro Club en brindarnos esta oportunidad y en especial a José (Joshela) Ávalos, comunero de Amaicha, que nos acompañó en esta expedición, nos brindó su casa y toda su generosidad de colaboración en todo el recorrido, agregado a todos sus comentarios y conocimientos de cada detalle del camino, las cruces, sus historias y la propia historia de la construcción del refugio

    Viernes 16 de septiembre, a las 16:30 pasan por casa Ibonne y Rubén, el plan fue dejar el auto de Ibonne en casa para partir hasta lo de Tadeo Herrera en mi vehículo, en Amaicha del Valle, la casa de Tadeo está unos 4 kilómetro hacia adentro de la ruta 307, a una altitud de  2500 msnm más o menos, desde allí empezaría esta gran aventura a las 6:30 AM, el resto del grupo pasa la noche en Tafí del Valle.

    Pero lamentablemente no pudimos llegar a casa de Tadeo ya que la creciente del verano pasado borró por completo la huella del cruce dejando piedras enormes, lo que hizo imposible el paso del vehículo y hasta la fecha no se la arregló. La opción B fue ir a lo de Joshela quien generosamente nos dejó dormir en su casa, allí armamos la carpa, tomamos una sopa y avisamos al resto del grupo los inconvenientes por lo que el inicio de la caminata se realizaría a las 5:30 en lugar de las 6:30. y también agradecemos a la hermana de Joshela, que generosamente nos permitió dejar los vehículos en su casa. Gracias, gracias

    Si o si teníamos que empezar muy temprano ya que íbamos a tener que recorrer  más o menos 16 km en distancia y más de 2000 m de ascenso en el dia… Si!!!! Más de 2000 m de ascenso en una sola jornada… creo que varios nos dimos cuenta de lo que esto implicaba durante el recorrido… del grupo sólo 2 integrantes ya habían realizado esta travesía Rubén y Cynthia. Para el resto era la primera vez.

    A las 4:30 sonó la alarma, desayunamos y a las 5:15 aproximadamente llegó el resto del grupo. 5:35 empezamos a caminar bajo un cielo súper estrellado y el estado del tiempo muy agradable, todo indicaba que sería un día espléndido a pleno sol.

    A medida que caminábamos el amanecer nos sorprendía con paisajes bellísimos, avanzábamos a paso lento y constante, Joshela siempre adelante con un espectacular ritmo que había que pedirle vaya más lento, por supuesto que en el grupo había integrantes en condiciones de seguir su ritmo, pero la idea principal fue ir juntos sin perdernos de vista.

    Esto fue un gran desafío para los integrantes que ya tienen un ritmo muy definido, tal vez es más sencillo lograr un ritmo veloz, porque depende del tiempo de entrenamiento, perseverancia y fuerza de voluntad de cada uno, pero lo realmente difícil es ir al ritmo del más lento, acá entra en juego la paciencia, la humildad, la tolerancia, el trabajo en equipo, la empatía. La espera también es sabiduría. Y este tipo de salidas son especialmente para poner estos valores en práctica e ir conociéndonos más profundamente, para aprender a caminar en equipo. Para medir el tiempo, para competir con uno mismo venciendo records, para ganar tiempo al tiempo están las salidas individuales. Pero esta salida del Club, fue pensada con el espíritu fraterno y solidario que identifica al montañismo.

    El recorrido fue largo y arduo, cada tanto observaba el track y recién a los 3700 msnm fui dimensionando los 16 km de distancia y los  2.300 metros de ascenso en una sola jornada … faltaban más o menos 6 kilómetros y casi 900 metros de desnivel, no puedo negar que me picó el bichito del miedo a no llegar… luego empecé a sentir mucho sueño, y de repente se me vino a la mente que en los primeros intentos al refugio del Bayo me apunaba entre los 3700 y 3900, trataba de pensar en otras cosas para distraer mi mente pero inmediatamente pensaba en que tenía que preparar un trabajo que no quería preparar (mi defensa oral para terminar la licenciatura)…. Luego volvía a mirar el track y sentía que el avance era lento, eso me afligía, pero me animaba el hecho de que mis piernas estaban muy bien.

    Y cuando el ánimo y el entusiasmo están ocultos es donde se valora al grupo de compañeros que en todo momento iban atentos unos de otros. Les dije que sentía sueño y sentí que estaban atentos a mis pasos. Luego Mario me insistió a qué le pase algo de mi mochila para aliviar el peso y le pasé mi campera.

    En la Vega cargamos agua, refrescamos nuestros pies con charla y anécdotas de por medio, me sentía muy bien y según Joshela ya no quedaba nada, saliendo de la Vega ya veríamos la antena del refugio.

    Luego de la Vega pasamos por la bella e imponente Laguna de los Amaichenos. Estábamos ya en el último tramo, era una mezcla de sensaciones, alegría porque se veía la antena, ya no faltaba nada, pero a medida que caminaba sentía que la antena se alejaba, subíamos una loma y aparecía otra un poco más elevada, luego el viento empezó a soplar con más intensidad, me hacía sentir que mis pasos eran en vano y aunque ya veía el techo del refugio no llegaba más…estaba tan cerca que mi piernas querían correr, pero mi mente estaba cerrada, sentía ganas de llorar y de gritar y sí que lo hice.

    La mayoría del grupo estaba ya en el refugio… miré hacia atrás y venía Rubén luchando con el viento y junto a él, Silvia y José Ignacio… luego José Ignacio se puso a mi lado para alentarme y animarme, pero no, estaba cerrada… entonces me sacó la botella de agua, me agarró de la mochila y me llevó con paciencia y mucha energía hasta la pirca de ingreso al refugio, fueron los 15 o 20 pasos más raros de mi vida… realmente José un tipazo, muy valorable e inolvidable su actitud, eran las 18:45… inmediatamente saque mi celular para filmar la llegada de Rubén y Silvia… todos ansiosos esperaban a Rubén para abrir la puerta del refugio, el viento era terrible, fuerte y frío.

    Pero como se trataba de una gran aventura, el ingreso al deseado refugio no podía ser tan fácil… aún faltaba lidiar con el picaporte roto, todos helados con el viento, las manos duras, los minutos eran eternos… no podíamos abrir la puerta!!! Luego inesperadamente Rubén, mientras revolvía cómo podía su mochila sacó una pinza…  y luego de varios intentos y plegaria a San Expedito por parte de Cynthia, causalidad o casualidad, apenas invocó la jaculatoria al santo la puerta se abrió señores!!!! Silvia afirma que es solo casualidad.

    Pasamos una hermosa y agradable noche, dormimos muy cómodos, a pesar de las fuertes ráfagas de viento durante toda la noche, el refugio firme como un roble.

    A las 7:00 AM sonó la alarma y a las 8:30 en medio de fuertes ráfagas de viento emprendimos el regreso.

    El regreso fue tranquilo y agradable, pude disfrutar cada paso y contemplar la belleza del paisaje. A las 17 hs llegamos con Rubén y Joshela a los vehículos, ya estaba todo el grupo esperándonos.

    Y para el cierre de esta gran aventura quedaba la frutillita del postre… uno de los vehículos quedó con las luces encendidas y no arrancaba… pero como en este grupo teníamos súper héroes, Mario consiguió un puente y con Sebastián, José y Juan lograron hacer que la camioneta encienda!!!! De inmediato emprendimos el regreso, no sin antes degustar en Tafí una rica y fraterna merienda regenerativa … allí disfrutamos felices de los últimos minutos de esta inolvidable salida.

    Mi gratitud a todo el grupo: a Rubén ejemplo de fortaleza y perseverancia, fuerte como un roble y con su emblemática frase: “que se haga agua el picolé”, a Mario el teacher por su espíritu alegre y servicial, a Ro Palomares la más pichona del grupo por irradiar siempre buena energía, a Silvia con quién compartí por primera vez una salida, es brillante y excelente compañera, a María, loca hermosa que innovó la manera de hacer pis en las noches de mucho viento, a Sebas un compañero que representa la humildad, tiene mucho conocimiento y experiencias que fortalecieron su vida, Juan que como siempre nos aturde de tanto que habla jajaja es el más contemplativo del grupo, él se debe aturdir con nosotros, Monmany el guía espiritual y emocional del grupo, a Cinthia que nos demuestra que en las alturas se puede mantener el glamour, ella siempre impecable y con su cabello muy ordenado y mi querida Ibonne que es la alegría en persona, fiel compañera que nunca te abandona, es fortaleza y vitalidad, locura y calma a la vez, realmente es única.

    Y gratitud especial a Joshela Ávalos, un ser admirable por su andar en las montañas, con técnicas que nos sorprendieron a varios en el grupo, por su humildad y sabiduría. La salida no hubiese sido igual sin él, nos contó varias historias del lugar, historias que mantienen viva la memoria y la cultura del lugar.

Resumiendo la jornada: Distancia recorrida: 16,2 km, Desnivel: 2.300 m

                                       Tiempo empleado en la subida: 13 horas y 15 minutos

                                        Tempo empleado en la bajada:   8 horas y 30 minutos

 Aporte de: Ibonne Tucznio

Y la montaña siempre nos-me sorprende. La autoridad que ella me impone es de esas que hacen que me detenga y diga….a ver???   Y como alguna vez escribí, no es autoridad con autoritarismo. Es una autoridad que posibilita, y me habilita a buscar nuevas y diferentes formas. Caminar literalmente agarrada “del brazo” con dos compañeros es algo que no estaba en mis planes si me pensaba en alguna senda. El viento se nos mostró imponente, y eso nos-me llevó a buscar “nuevas formas” de caminar que hacen más liviano nuestro andar. Y digo nuestro porque no era mi paso o el paso de mi compañera/o. Era un paso común, diferente al mío, o en este caso el de mis compañeros/as pero que hacen que esa fuerza de la grupalidad se multiplique vaya a saber por cuánto. Esa escena que se impuso casi como necesidad en ese andar, la llevo al resto de la travesía. Gracias compañeros/as de la AAM, por el aprendizaje compartido!!!.