El domingo 8 de marzo, fue otra salida mas a escalar, la quinta consecutiva este año para mí, y no por ello no la viví con la misma ansiedad y ganas que todas las salidas que hacemos.
Como todas las salidas de los fines de semana, estas se empiezan a gestar durante la semana en la palestra, mientras practicamos, los mas obsesivos empezamos a “organizar” la salida del fin de semana…y aunque parezca algo fácil, la combinación de adulto obsesivo compulsivo con hippies-millennians-veinteañeros bien puede ser motivo de estudio para especialistas de dinámicas de grupos y formación de equipos de trabajo.
Por suerte para mí y mi TOC, el miércoles, ya estaba definido el grupo: Malvina Rodríguez (Malvi), Agustina Remedi (Reme), Bernardo Durán (Bernie), Facundo Arizmendi (Harry) y yo iríamos el fin de semana, “el sábado o domingo ya definimos después” ……Como buen obsesivo que asume su condición, y trata de esconderla, hice como que no me preocupaba el tema del día, y me sentí aliviado cuando Reme se ofreció a armar el grupo de WhatsApp y allí terminaríamos de definir.
Llegó el jueves, luego el viernes y yo no pertenecía a ningún grupo nuevo de wp. La ansiedad empezaba a recorrer mi cuerpo, las negociaciones con mi esposa sobre el cuidado de las niñas el fin de semana, todavía abiertas y los hippies solo estaban organizando festejos de cumpleaños de escaladores para el viernes a la noche en la pale después de entrenar.
No pude con mi genio, y sutilmente para que no se den cuenta del TOC les pregunté por privado a cada uno “¿ya pidieron el equipo en la Asociación? Deberíamos definir el día porque quizás haya otro grupo que también quiera ir a escalar y nos gane de mano”.
Pensé que fue una jugada majestuosa de mi parte y que iba a conmover a los millennians…creo que aún no me respondieron el mensaje.
El viernes a las 23hs en la pale, ya pude saber que iríamos el día Domingo. Esa noche dormí relajado.
El día sábado a las 19:44 me ví integrado al grupo “Rocanrol”, el nombre ya presagiaba todo lo bueno que vendría después. Si bien ya teníamos el grupo, aún nos faltaba el equipo porque no podíamos comunicarnos con Aylén quien es la custodia oficial del equipo de la Asociación. Yo por mi parte para esa hora ya había hecho una revisión completa de mi equipo, pédulas, magnesio, express, placa, cuerda, cordín, mosquetón con seguro, casco, cinta de vida, todo ordenado y guardado en la mochila y a las 22:30 de la noche, durmiendo para al otro día levantarme temprano para al fin ir a la roca.
Me levanté sin despertador a las 6:50, nos encontraríamos a las 8, y con satisfacción ví el mensaje en grupo “Rocanrol” que la cuerda de la AAM, ya la teníamos en nuestro poder, hasta que me percaté a la hora que la habían buscado…0:34…sábado a la noche, jóvenes…seguro que no habían salido de misa de gallos…pensé, mejor me tomo unos mates que puede ser para largo con los hippies.
Por suerte no fue para tanto, a las 8:30 ya estábamos todos en la camioneta, subiendo para la zona de “Las Carreras” en Tafí del Valle, que es donde están las mayorías de las vías de escalada deportiva y que son las que vamos casi todos los fines de semana.
Luego de un corto intercambio de opiniones, decidimos ir a una zona denominada “Meteorito” ya que allí nos encontraríamos con vías de diferente graduación (grado de dificultad para su realización) que van de 5+ a 7a, lo que nos aseguraba que, a pesar de nuestros diferentes niveles, todos nos íbamos a divertir.
Armamos dos cordadas, una integrada por Harry y Bernie, que estrenaron la nueva cuerda de la Asociación (muchas gracias de paso) y el otro grupo Malvi, Reme y yo.
Por suerte pude hacer los quintos y dos vías 6a, que era uno de los objetivos para mí. El otro objetivo que tenía, que era tratar de hacer la vía que se llama “la calavera”, pero esto quedó trunco luego de que Malvi intentándola, metió la mano en un agarre que es indispensable para seguir subiendo y los murciélagos que estaban adentro empezaron a gritar, y ella pegó un salto importante. Decidimos entre los tres que era mejor dejar a los animales en paz en su casa y en otra oportunidad intentarlo.
A las 20 ya empezamos a bajar, hicimos una parada en “agua caliente gratis” a cuyo titular considero que lo deberíamos hacer socio de la aam en calidad de vitalicio, cargamos los termos y a bajar. Con el paso por la civilización entraron los mensajes y nos alegramos al ver la palestra techada y los bloques de piso en el Bayo (¡nuevamente gracias!)
A las 22 ya estábamos todos felices en casa, y a mí ya me empieza a agarrar ansiedad por la próxima salida.
Juan Garretón