CIM 2020. Enseñar y aprender en tiempos de aislamiento.

Cuando se planifica una expedición se tienen en cuenta muchos factores. El objetivo, la fecha adecuada, el pronóstico, el equipo necesario, la logística, los compañeros, las capacidades, etc. Pero un cambio meteorológico repentino nos puede cambiar todos nuestros planes. Desde mantenernos en las carpas durante días, obligarnos a cambiar el destino e incluso dar media vuelta y regresar a nuestras casas. Quienes hacemos montaña desde hace algunos años, sabemos que todos nuestros planes quedan supeditados en definitiva a que la pacha nos abra sus puertas.

Cuando organizamos el primer Curso de Iniciación a la Montaña de la AAM, en el 2014, nunca nos hubiéramos imaginado tener que cambiar el rumbo como nos vimos obligados a hacerlo. Planificamos las clases, las salidas, cómo cada clase va concadenada de la salida siguiente…pero de un día para el otro todo lo planificado quedaba en la nada.

Entonces debíamos pensar como continuar. Cuando el aislamiento comenzó y divisábamos que no íbamos a poder realizar la siguiente clase, decidimos filmar una clase sobre equipo e indumentaria. Fue así que durante una mañana trabajamos con Ulises y David filmando la que creíamos que iba a ser la única clase a distancia. ¡Qué equivocados estábamos!

Cuando la cuarentena se profundizó y extendió en el tiempo, desde la Asociación Argentina de Montaña, tomamos la decisión de continuar con la formación teórica de manera virtual, así es que los jueves desde nuestra sede de Salas y Valdez, usando el Wifi que hacía poco habíamos instalado, se trasladaron a Zoom primero y a Jitsi después, plataformas virtuales de las que ni siquiera habíamos escuchado hablar. Y pasamos a compartir los mates, las dudas y los conocimientos cada uno desde su casa. Fueron jueves a jueves un nuevo aprendizaje centralmente para los docentes, que tuvimos que reaprender lo que creíamos haber aprendido a lo largo de estos años.

El jueves 30 de abril, deberíamos haber dado la última clase teórica del CIM 2020, sin embargo, decidimos continuar, decidimos que los jueves sigan siendo el refugio de aquellos que decidieron que este año iban a hacer montaña, decidimos entre todos construir un espacio que nos permita seguir aprendiendo juntos para el día después.

Cuando la pacha dice que no, nos damos vuelta y pensamos para nuestros adentros, no sin un dejo de tristeza, las montañas seguirán allí. Esa es la misma sensación que tenemos hoy, pero con la certeza de que el día después, saldremos a recorrer sus faldas quebradas y cumbres, saldremos a comprobar si lo que aprendimos estas semanas nos sirve en la práctica, nos aventuraremos en esos paisajes por donde nuestra mente fue viajando y compartiremos con los compañeros con los que compartimos la distancia.

El 2020 será, para nuestro Club, el año más corto del que tenga memoria, pero el CIM 2020 será seguramente el más largo, que hayamos transcurrido

Andrés Mosquito Suárez