Lunes 1 de junio 2020, iniciamos una aventura que queríamos hacer, conocer nuestras montañas.
Mis respetos a todos que atraviesan este duro momento de cuarentena.
Yo soy afortunada de vivir en El Tesoro, donde los Nevados del Aconquija son la postal de todos nuestros días. El Tesoro está a unos 50 km. de San José. En El Tesoro, nuestro lugar, la vida continúa, respetamos y deseamos que pronto pase todo esto y que todos hayamos aprendido a amar más la vida.
En ml caso decidí hacer un alto a mis responsabilidades para conocer más de mis montañas y de mí misma, siento que cada vez que conozco un nuevo lugar es conocer algo más en mí. Con el apoyo de mis padres, la compañía de mi compañera fiel, Sofía, mi hermana Fátima y mi amigo Gabriel salimos a las 05:00am hacía La Bolsa 1er campamento, llegamos con muy buen tiempo 17:30.
El 2do día el objetivo era la cumbre del Tipillas y bajar hacia el Este para acampar. Fue una mañana fresca, con un poco de viento, así que salimos a horas 10:00am hicimos cumbre a las 14:44pm. Debido al frío, al intenso viento y al equipo pesado, cambiamos la ruta y bajamos al Norte, hasta un buen sitio para acampar. Descansamos y al día siguiente fuimos a explorar el lugar, que era por cierto encantador. La exploración duró 6hs donde pudimos apreciar una hermosa laguna, Sofía la bautizo con su nombre. Una vista insólita se apreciaba la verde selva (Tucumán), el atractivo cerro Bayo también pasamos por el pie del morro de La Ciudacita. Regresamos al campamento anonadados de tanta belleza.
Al siguiente día estaba planeado subir al cerro Bayo, pero la noche fue dura por el fuerte viento que jamás paraba, así que decidimos regresar a casa. Siempre hay que ser respetuoso con la montaña y con uno mismo hay que saber escuchar, la montaña siempre estará.
12:00 del día el viento disminuyó un poquito, pudimos desarmar el campamento y emprender el camino de regreso, con suerte y esfuerzo salimos de la zona de viento. Luego juntamos unos yuyos que usamos como remedio, a continuación, nos encontramos con nieve. La noche nos agarró en el puesto del Tesoro de Arriba, donde juntamos unas ricas manzanas, llegamos a casa a las 21:00 pm cansados pero felices de haber conocido una parte más de nuestras montañas.
Me decidí a compartir esta experiencia en honor a mis padres, abuelos y tíos que no tuvieron la oportunidad que yo tengo. Mi aventura y experiencia, no se compara con la de ellos, los tiempos eran diferentes, el clima era diferente iban a la montaña por trabajo, hasta 20 días sin equipo, se bancaban el frío y el viento. Yo me siento afortunada voy a la montaña por elección, cuento con su apoyo, tengo un equipo que no es de primera, pero es lo mejor que ellos me pudieron dar, e conocido a personas hermosas que me han regalado parte del equipo. Los tiempos son diferentes tanto yo como mis hermanas tenemos más oportunidades.
A todo aquel que lea este relato gracias por leerlo y quiero decirle que sean valientes y que vivan, la vida es un regalo que a veces nos cuesta entender. El tiempo no se detiene
Gracias a la vida, deseo que vivan con mucha paz.
Gradys Escudero