La expedición estuvo integrada por nuestros compañeros: Eloisa Quiles, Sandra Liistro, Luciana Roda, Adrián Domínguez, Esteban Mansilla, Fernando Nuño, Ricardo Gramajo y Fernando Carrizo.
La idea inicial era un poco ambiciosa: subir al Alto de las Nieves y en la bajada practicar con los crampones en el hielo formado al final de la Quebrada del Barón, Nicolás Kusnezov había subido hacía dos semanas por ahí al refugio del Bayo y nos comentó que había mucho hielo; en la reunión on-line de los miércoles tiré la idea y se fueron sumando compañeros.
Jueves y viernes organizamos los vehículos, el equipo a llevar y como siempre Rubén Goñi atento a la logística y seguridad de las expediciones de la AAM nos pasó el pronóstico del tiempo que era inmejorable.
Con los permisos correspondientes salimos a las 04:30 hs de San Miguel de Tucumán, como estaba previsto a las 07:00 hs ya estábamos en el galpón al pie de la Quebrada; comenzamos a caminar a las 07:15 hs aproximadamente a muy buen ritmo, apreciamos un hermoso amanecer, un privilegio ver el sol bañando con sus primeras luces naranjas al cerro Muñoz.
Con Adrián nos habíamos puesto de acuerdo en que el iría adelante y Esteban y yo iríamos cerrando el grupo, un handy para cada uno así estaríamos conectados en todo momento por cualquier cosa. Llegamos al puesto de Díaz y la sorpresa fue encontrarnos con algunos chivitos y terneros recién nacidos, todo un acontecimiento.
Entre charlas muy amenas, risas y anécdotas fuimos subiendo a muy buen ritmo, el día no podía estar mejor, fotos y a seguir subiendo.
Al llegar a los restos del avión caído ya comenzamos a ver mucho hielo, estaba muy bueno, decidimos comer algo ahí mismo y sin pensarlo mucho el grupo decidió cambiar los planes: la cumbre siempre estaría ahí, el hielo no, así que decidimos practicar con los crampones durante gran parte de la tarde.
Una experiencia muy linda que no se da comúnmente en estas latitudes, nos íbamos turnando con los crampones, todos felices avanzando sobre el hielo y maravillándonos de las montañas que tenemos en Tucumán. Un grupo muy alegre y solidario con muy buena onda. Fue una decisión muy acertada no hacer cumbre, pasamos una tarde distinta e increíble entre tanto hielo.
Luego de un par de horas de práctica comenzamos a bajar; en particular no había compartido ninguna salida previa con Luciana y Esteban, los ubicaba del club, a Luciana por su participación en la parte Social y notas que le hicieron representando muy bien a la AAM; a Esteban lo ubicaba porque se pone al hombro el grupo entrenamiento en donde comienzan a entrenar los socios nuevos o todo aquel socio que quiere mejorar su rendimiento; mi agradecimiento para ambos por destinar parte de su tiempo a la AAM.
Al ir bajando hacia los autos nos encontramos con Liliana, Silvia, Norma y Majo, que lindo encontrarlos en la montaña!; ahí surgió la idea de ir a merendar, y otra vez cambio de planes y terminamos compartiendo todos en la casa de Majo el final de un día excelente de montaña y compañerismo, un día inolvidable!, que orgullo ser parte de un gran club como la AAM.
Fernando Carrizo