Por nuestros compañeros Norma Mendelek, Silvia Yamus, Dolores Bascary, Fernando Nuño Guerrero, Pepe Segura y Miguel Juri
El propósito de esta salida para la mayoría del grupo era volver a caminar cerca de los 4.000 msnm. luego de un tiempo durante el cual por distintos motivos personales no lo habíamos podido hacer. Si bien veníamos entrenando con frecuencia, pero por debajo de los 3.000 msnm.
Comenzamos a caminar tranquilos a las 08.30 hs., Fernando Nuño, llevaba el track y el pronóstico del tiempo.
La mañana estaba bastante fresca, hasta nos pusimos guantes para empezar nuestro recorrido. El cielo estaba diáfano, sin nubes y el sol empezaba a calentar.
Con ritmo bastante parejo los primeros minutos de la caminata transcurrieron sin que mediáramos palabras. Deslumbrados con la belleza del paisaje desde el Infiernillo al frente nuestro el extremo norte del Muñoz, atrás las cumbres calchaquíes y a la izquierda el valle de Tafí contorneado por las cumbres de Mala Mala y al sur el Ñuñorco Grande.
En la primera parada para sacarnos un poco de abrigo y tomar agua Fernando nos señaló el Negrito y la antena del Bayo, a esa hora -10 de la mañana- ya podían observarse a la derecha de los valles calchaquíes algunas nubes que entraban por el noreste al valle de Tafí.
Seguimos subiendo y volvimos a parar pasadas las 11 de la mañana para esperar a los que venían un poco rezagados, comer algo liviano e hidratarnos. Ya se observaban más nubes que avanzaban desde el suroeste entre los dos Nuñorcos. Estábamos atentos a esto porque había una mínima probabilidad de lluvia y pensando en nuestros compañeros que estaban próximos a hacer cumbre en el Zarzo en el extremo opuesto del Muñoz. Luego reanudamos la marcha, nos cruzamos con varios motoqueros, les dijimos que no dañen las yaretas y algunas cosas más…siempre en tono cordial y respetuoso, más adelante charlamos con un señor apellido Lera que nos contó que vive en Amaicha y que su familia tiene ganado en un puesto llamado “Del campo” a aproximadamente dos horas de distancia hacia el sur del morro de Carapunco. Seguimos nuestra marcha y no nos detuvimos hasta llegar a la gruta del Gauchito Gil, ahí esperamos unos minutos hasta que estuvimos los seis para realizar el último tramo hasta la “no cumbre” estábamos a 3780 msnm. y nos restaban aproximadamente 100m más de desnivel en una distancia corta.
Llegamos a la apacheta a las 12.39 Miguel y yo por el lado sur y Fernando por el norte, a los pocos minutos, Pepe, Norma y Silvia. Muy contentos por cumplir con nuestro objetivo almorzamos, tomamos mate y mantuvimos una charla alegre y distendida. Desde arriba vimos las nubes cubriendo el sur del Muñoz y las cumbres de los Nuñorcos. Decidimos no demorarnos y a las 13. 45 iniciamos el descenso. La primera parte la hicimos rápido charlando, escuchando las anécdotas de Norma que nos hicieron reír mucho. Pudimos observar algunos cóndores, halcones y chinchillones entrando a una pequeña cueva.
En la última parte de nuestro descenso, cuando ya la amenaza de lluvia y niebla no nos apuraban – el cielo se despejó casi en su totalidad- nos detuvimos a ver unas ruinas arqueológicas y una piedra mortero que tiene al lado una especie de trono de piedras. Ahí levantamos basura, un bote, una caja de vino y ¡hasta dos pares de zapatillas viejos!
Seguimos bajando hasta llegar a los autos a las 16.45 y luego nos fuimos a hacer el tercer tiempo en la Refinor, con un rico café con leche y tortillas para todos.
Dolores Bascary